La cordillera más grande de Irlanda del Norte es también la menos explorada.
Ah, y presta especial atención si ves un titileo en las orillas del río... de estas riberas se extrae oro.
National Geographic también tiene muy bien consideradas sus sinuosas carreteras, que en ocasiones tienen algo de montaña rusa: las ha incluido en sus prestigiosas 101 mejores carreteras panorámicas del mundo.
Puede llegar a sorprender que lo que hace 400 años era un obstáculo haya florecido hasta convertirse en una gran atracción.
En 1609, cuando representantes de los gremios de Londres visitaron el Ulster, se les mantenía bien alejados de estas colinas azotadas por el viento, por miedo de que se desanimaran los futuros colonos.
La estrategia funcionó y llegaron los colonos. Hasta hoy en día, la gente sigue viniendo.
Entre valles escondidos e hilos de ríos y carreteras, las Sperrin acogen una naturaleza perfecta para los amantes de los espacios totalmente abiertos. Lo mejor de todo es que este paraíso del caminante está a tan solo una hora de carretera desde Belfast o Derry.