Seis paginas han sido suficientes que el nuevo intento de retro continuidad entre Spideman y el grupo de turno, antes los X-Men, ahora Los Cuatro Fantásticos, no es mas que un sinsentido mas cercano a que nuevos lectores se acerquen a la miniserie por aquello de la reunión entre distintos superhéroes, que a los veteranos marvelitas que sufren los desvaríos de los mandamases de la editorial. Ver a Peter en duelo dialéctico con Johnny Storm en el Campus, tiene un pase, pero. Gwen coqueteando con la Antorcha Humana, a Los Cuatro Fantásticos convertirse en guardaespaldas de Muerte y la aparición de Namor en plan Imperius Rex, es suficiente para pasar del tomo.
Christos Cage y Mario Alberti ni dan con la tecla ni parecen entender que la retrocontinuidad no era ésto.
Valoración:3
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