Split, ¡nos trasladamos al pasado!

“No se debe prestar oído a los rumores del pueblo” (Diocleciano)

Split fue el descubrimiento del viaje, nosotros pasamos dos días recorriendola pero creo que me hubiera quedado un par de días más, y no porque no nos diera tiempo a verla, porque siendo generosos es una ciudad que se ve en un día, sino porque el ambiente y las posibilidades que ofrece son infinitas.

Todo lo que hay que ver está dentro de las murallas que forman un pequeño cuadrado en el mapa, las distancias son muy cortas así que, igual que pasa con Venecia, creo que es mejor que os perdáis por las callejuelas sin pensarlo demasiado y que así os dejéis guiar por la intuición y la ciudad, lo vais a disfrutar más de esta manera que si os marco un recorrido en un mapa.

Para que tengáis la experiencia completa si que os voy a recomendar un par de sitios que no os podéis perder, como lleguéis a ellos y el orden en el que lo hagáis es vuestra decisión.

1.  PALACIO DE DIOCLECIANO: Es el plato fuerte de la ciudad y, en definitiva, es por lo que realmente tenéis que ir a visitar Split. Podéis llegar a el a través de una de las cuatro entradas o puertas que tiene la muralla.

La puerta de Plata (srebrena), al este, es la que nosotros utilizábamos para entrar al recinto por la cercanía al apartamento que habíamos elegido, la reconoceréis fácilmente porque en ella se asienta un mercado lleno de frutas y verduras, ideal si queréis comprar algo de comida para hacer un picnic si viajáis a alguna de las islas desde el puerto de Split (de las que os hablaré en otra entrada). Esta puerta, al parecer, estaba tapiada detrás de unos ladrillos y ha sido restaurada.

La puerta de Oro (zlatna), al norte, es la que se supone que estaba configurada para ser la puerta principal a la ciudad y junto a ella se encuentra la estatua gigante de Grugur Ninski quien, a pesar de su apariencia, no era un mago ni familiar de Merlín el Encantador sino un obispo que decidió no dar la misa en latín sino en croata para que todo el pueblo lo entendiera. Esta entrada solo podía ser utilizada por el emperador y su familia, así que siéntete como Diocleciano cuando camines a través de ella, eso si, si pasas por allí no te olvides de tocarle el pie a Grugur para que te de buena suerte.

La puerta de Hierro (zeljezna), al oeste, es la que conecta la parte vieja con la nueva, si salís por ella os vais a dar cuenta del cambio de construcción entre los edificios. Pero yo os recomiendo más que os fijéis en el precioso reloj que os dará la bienvenida, notareis algo extraño en el y es que no tiene 12 números ¡sino 24!

Y la puerta de Bronce (mjedena), al sur, totalmente diferente a las otras tres que he mencionado anteriormente. Esta puerta estaba en contacto directo con el mar donde atracaban los barcos para descargar sus portes, por este motivo es mucho más pequeña que las demás. Esta puerta tenía doble uso, además de recibir mercancía, servía de huida en caso de ataque al Palacio. Hoy en día ha quitado protagonismo a la puerta de Oro, la cual ha sido relevada por la puerta de Bronce como entrada principal a la ciudad y, aunque no está en contacto con el mar como antaño, si que conecta con el puerto a través de un bonito y agradable paseo marítimo.

Pero el Templo de Diocleciano no son solo “puertas”, seguramente lo primero que os llame la atención será el campanario de la Catedral de San Domnius (Sv. Duje), este templo fue el mausoleo del emperador Diocleciano a pesar de que este despreciaba el catolicismo y tiene una puerta particularmente bonita tallada en madera con representaciones de los evangelios.

Junto a ella se encuentra el Peristilo, mi parte favorita de todo Split. Es la parte central del Templo de Diocleciano, y la zona con la mejor “postal” si quieres trasladarte directamente al pasado. Nosotros tuvimos la suerte de poder disfrutar de música en directo cuando nos alcanzó la noche mientras nos sentábamos en sus escalones a disfrutar de un buen helado, sin duda una experiencia inolvidable.

A través del Peristilo podemos acceder, subiendo unas escaleras, al Vestíbulo, un lugar que sin duda me recordó, en menor escala, al interior del panteón de Agripa en Roma. Si por el contrario bajamos esas escaleras llegaremos a los Sótanos que conectan directamente con la puerta de Bronce, aquí hay unos puestos de souvenirs bastante interesantes, además, se puede entrar para visitas algunas de las habitaciones subterráneas (bajo pago). Si algún fan de Juego de Tronos está leyendo esto le interesará saber que estos sótanos son utilizados para grabar las escenas de Daenerys en Mereen, tanto para su trono como para las escenas donde mantiene cautivos a sus dragones, también la calle Papaliceva ha sido usada para la parte de la rebelión de los esclavos.

Si regresamos al Peristilo, a través de la calle Kraj Sv.Ivana llegaremos al Templo de Júpiter, en cuya entrada nos encontramos con una esfinge que trajo Diocleciano desde Egipto.

2. DONDE COMER EN SPLIT: Si queréis una hamburguesa con algo de estilo y a buen precio os recomiendo Toto´s Burger Bar que está situado en el paseo marítimo a pocos metros de la ciudad amurallada. Comer en la terraza con vistas nocturnas al puerto y a la ciudad antigua fue un gustazo, buen ambiente, buen servicio y comida bastante rica.

Si por el contrario queréis disfrutar de una experiencia inolvidable os recomiendo que compréis cualquier cosa para llevar y os sentéis a comerlo en los escalones del Peristilo, no os vais a arrepentir. Nosotros hicimos buen uso de una cadena llamada Mlinar, encontrareis muchas tiendas a lo largo de Croacia son especialistas en sandwiches, wraps, bollos, pizzas, a buen precio y bastante ricas.

Y si hay algo barato en Croacia son los helados, los mejores de Split son los de Pumparela Gelateria, justo al lado del Peristilo así que ¡no hay escusa!

3. DONDE DORMIR EN SPLIT: El alojamiento tanto en Split como en Dubrovnik era bastante caro en comparación con el resto de ciudades de Croacia. Nosotros encontramos un apartamento muy céntrico a 1 minuto de la puerta de Plata, el Studio Vainilla, con una dueña de 10, nada más llegar se montó con nosotros en el coche y nos acompañó a buscar un aparcamiento que no fuera de pago, fue todo un detalle que no muchos harían. Lo que menos nos gustó es que está a pie de calle, da la sensación de que anteriormente era un local (tipo peluquería) que se había reformado y transformado en apartamento. De cualquier forma tenía todo lo necesario y estaba en muy buena zona, además, teníamos un supermercado justo en frente que nos solucionó las comidas.

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