El término Splunge hace referencia a lo que no es ni bueno ni malo, ni tampoco indeciso.
También a lo que no está cerca ni lejos. Ni fácil ni difícil, ni pequeño ni grande.
Lo que no está ni implícito ni explícito o se pueda construir o derribar. Aquello que no está ni vivo ni muerto o lo que ni es justo ni injusto. A aquello que ni es pacífico ni violento o que ni es divertido ni aburrido.
Tambien define a lo que ni huele bien o mal, ni es flexible o rígido. Ni se crea ni se destruye.
Es una forma de decir que no tienes una opinión digna o una idea podría o no ser buena. También podría ser una rápida si usted no tiene una respuesta para una pregunta.
También se usa para definir ese momento en el que cagas y un gran chorro de agua del inodoro sube y te golpea el culo.
Irónicamente es el renacimiento imperdonable e imponderable de su incesante sentencia de un fiasco sáfico de flirteo de fieltro, friolera de florería, dualismo simulado egocéntrico y geocéntrico de maldición dominical.
Tras un penúltimo pulimento el pragmático pictograma pasa a su escenario necesario, donde con rutina de nutria, afición de oficina y refinamiento de enfriamiento queda como piropo propio de paraje sin pareja, mentidero mordiente maternal de lamentar la valentía de Leviatán.