En estos tiempos que corren a toda velocidad aún existen algunas cosas que por suerte o desgracia, perduran a las tendencias y modernidades que parecen rodearnos por todas partes. Entre las cosas buenas se podría destacar: dar un abrazo efusivamente a un amigo o amiga que te encuentras por sorpresa; los cereales con mucha leche —sin lactosa, de soja, almendras o de toda la vida. Ahí no entro—; Los Beatles, y los silencios que hablan por sí solos. Entre las cosas malas: no saludar cuando alguien dice hola; los cereales con poca leche; los cuarenta principales, y los rodeos o eufemismos para evitar decir las cosas claras, como por ejemplo, la expresión “son solo algunas manzanas podridas”. ‘Spotlight’ va de periodismo y algunas de estas manzanas insalubres.
Ya que me enrollado cual persiana en la introducción, diré que ‘Spotlight’ es buen cine, del que merece la pena; y además, tiene un punto extra de mérito por desarrollar la historia a partir de las palabras “basada en hechos reales”. No nos engañemos, la vida y los acontecimientos que en ella suceden, no suelen poseer el ritmo de una película bien hilvanada como la que nos ocupa. Si a una buena historia le añadimos un elenco actoral a la altura, el resultado difícilmente será insatisfactorio. Michael Keaton, Rachel McAdams y sobre todo Mark Ruffalo, acompañados de un gran número de buenos secundarios, cumplen con este aspecto.
¿Y de qué trata ‘Spotlight‘? Pues nada más y nada menos que del escándalo sobre abusos sexuales a menores dentro de la iglesia, un tema que sigue candente y activo a día de hoy. La película está perfectamente ambientada en los primeros años del nuevo milenio, en la ciudad de Boston, donde un pequeño grupo de periodistas llevó a cabo una profunda investigación sobre dicho asunto. Tomas McCarty, director y guionista del film, dota de gran pulso y ritmo un metraje que bien podría haberse ahogado en ‘temas legales’ o tópicos del género.
El realizador tampoco pretende reinterpretar el cine de periodismo, por lo que es imposible que al espectador no le vengan a la memoria títulos como ‘Todos los hombres del presidente’. No obstante, la cinta funciona sin necesidad de acudir a intrigas forzadas ni cuestiones que no sucedieran en realidad, de ahí su valía como película-denuncia. He visto por ahí, que tiene algunas nominaciones a los Oscars, lo cual no sorprende, ya que es el tipo de historia que gusta en la Academia. Siempre existirá ese “run run” sobre lo buenos y puros que son los yankis, cuando una película made in Hollywood, toque temas como la libertad de prensa o la justicia; aún así, creo que ‘Spotlight‘ satisfará a casi cualquier persona que la vea.