Es cierto que a día de hoy la industria bancaria sigue mayormente siendo dominada por los mismos dinosaurios de siempre, no por sus méritos, sino debido, principalmente, a la alta regularización del sector, la inercia de muchos consumidores, y las preocupaciones relacionadas con la seguridad bancaria. En resumen, altas barreras de entrada para nuevos actores y resistencia al cambio por parte de muchos consumidores. Sin embargo, no es menos cierto que la fragmentación es mayor que nunca, y que los jóvenes de hoy en día entrarían antes en un dentista que en el banco. Además, esos nuevos actores financieros no son empresas inexpertas en crear valor para el consumidor, sino todo lo contrario: Apple, Paypal, Vodafone, Tesco, etc.
Las nuevas tecnologías disruptivas no matarán a la banca tradicional pero obviamente que la transformaran. Y ejemplos sobran. Por ejemplo, ¿quién podría pensar que pagar por un taxi a través del móvil es más sencillo en Nairobi que en Nueva York? Así es, gracias al sistema M-PESA, lanzado en 2007 por Safaricom (filial de Vodafone), compañía elegida por más de 17 millones de kenianos, más de dos tercios del total de la población adulta del país. M-PESA fue originalmente diseñado como sistema que permitiera el pago de los intereses generados por la entrega de microcréditos, a un tipo de interés bajo y ahorrando el riesgo de moverse con dinero en metálico. Después de un test piloto el sistema se popularizo y comenzó a ser usado como un proyecto general para la transferencia comercial o entre particulares. Todo ello mediante un sistema rápido, ágil, seguro, y sencillo de usar. Un mini-documental de Safarihome ilustra el funcionamiento de M-PESA (ver más abajo).
En occidente, más concretamente en Estados Unidos, Start-Ups como Square tratan desde hace tiempo de ganarse a las pequeñas empresas. ¿Qué es Square? La empresa nació hace algo más de 5 años, ofreciendo a pequeños negocios la posibilidad de conectar pequeños lectores de tarjetas de crédito a una tableta o teléfono inteligente.
La compañía ofrecía valor al pequeño comerciante mediante un sistema cómodo y seguro por el cual gestionar las transacciones monetarias generadas por el negocio. Recientemente, la Start-Up ha aumentado su cartera de productos con servicios como Square Capital, un programa de préstamos para pequeños negocios que usan Square; o Square Cash, una aplicación móvil que permite la transferencia gratuita entre las cuentas de débito de particulares. Esta semana, según Mike Isaac, lanzarán otros dos nuevos servicios: depósitos instantáneos y protección en casos de disputas por una compra. El punto fuerte de la compañía y por el cual pretenden ser una opción prioritaria para pequeñas empresas, es el conocimiento del consumidor a partir del análisis de datos. Por ejemplo, obtener una idea muy precisa de como un negocio opera para determinar si es un candidato idóneo para un préstamo.
Alrededor de este ecosistema de nuevos proveedores financieros también se encuentran actores periféricos como las aplicaciones que gestionan la economía doméstica. En el caso de la empresa española Fintonic, prometen “enseñarte los gastos como los bancos nunca lo harán” o “ahorrar es fácil cuando sabes lo que pasa con tu dinero”.
Todos estos nuevos actores que tienen la capacidad der ser más flexibles a la hora de innovar, ya sean Start-Ups con ADN digital, o empresas que provienen de sectores menos regulados en los que la experiencia de usuario es fundamental p.ej. Apple, no matarán a los viejos dinosaurios, que seguirán ahí, pero les harán reaccionar y entender que ya no es un juego de unos pocos. Posiblemente, si algo bueno ha tenido la reciente crisis financiera global es que, tanto en el sector financiero como en la política, la falta de credibilidad y la mermada reputación de muchos, es una oportunidad de oro para innovar, creer en el talento, avanzar hacia el futuro, y asumir el reto de recuperar sectores clave para la sociedad.