El Sr. Espinar es progresista y solidario, es un azote de la corrupción política, pese a que milita en Podemos, formación en la que crecen los enanos, descubriéndose cada días más irregularidades en su financiación y en el tratamiento de ciertas subvenciones; es lo mismo, el Sr. Espinar persigue a los defraudadores y me parece muy loable ese empeño en buscar la justicia. Necesitamos mucha gente en nuestro país con las ganas y la constancia de D. Ramón.
El otro día fue interrogado en la Asamblea de Madrid, obligando a abandonar la sala a un periodista de cierta publicación con ideología contraria a la políticamente correcta que representa la izquierda militante; el motivo fue una pregunta respecto al padre de este señor, que está siendo juzgado por el asunto de las tarjetas “black”; el progenitor de nuestro protagonista gastó unos ciento setenta y cinco mil euros con cargo a ese pozo sin fondo del que dispusieron ciertos ejecutivos de la entidad bancaria.
La pregunta parece improcedente; desde luego, no es asunto del hijo las presuntas irregularidades de su padre en temas laborales; sin embargo el tipo de respuesta da idea del talante presente en nuestra progresía ejerciente. Como tantas veces comentamos en este espacio ¿Qué hubiese sucedido en caso de que la pregunta se formulase por parte de un declarado podemita, y se le hubiera explusado de la rueda de prensa?. ¿Costará tanto trabajo una escueta respuesta consistente en “mi padre es mayor de edad, los asuntos concernientes a él no debe vd. preguntármelos a mi”?. Parece ser que sí…
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