Sr. montoro, no se haga el gracioso

Publicaba ayer el diario El País una entrevista con el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, (hay que ver lo que le gusta a los actuales dirigentes nacionales del PP aparecer en los medios de PRISA), en la que afirmaba que “lo de subir impuestos se me da fatal”, ¡pues qué bien lo disimula el Sr. Montoro!, porque los ha subido muy bien subidos.
Además, en la misma entrevista, tras ser preguntado si los ciudadanos pagaremos más impuestos al final de la legislatura que al principio, el Ministro de Hacienda ha expuesto una interesante teoría y ha dicho que “la cuestión no es compararlo con la etapa anterior. Es si vale la pena pagar impuestos. Si los impuestos que pagas en tu país prospera, encuentras trabajo, estás realizando una transferencia intergeneracional”. ¿Transferencia intergeneracional?, ¿a qué se refiere Cristóbal Montoro con eso?, ¿a que tenemos que mantener a los ninis?, porque no me entero.
Y si D. Cristóbal no contesta de forma clara a si al final de la legislatura los impuestos serán más bajos que al principio de esta, es porque no lo serán, porque me parece a mí que la reforma fiscal que se ha anunciado a bombo y platillo en realidad es una redistribución de los impuestos y no una bajada de estos.
Y es que las políticas del Ministro Montoro están siendo un despropósito y lo más peligroso es que dan miedo, porque leyendo estas declaraciones uno se echa a temblar.
Mire usted Sr. Ministro, pagar impuestos merece la pena, es algo necesario en una sociedad como la nuestra, pero merece la pena cuando los ciudadanos percibimos, sobretodo en estos tiempos de crisis y dificultades, que los impuestos sirven para algo y que el Gobierno, la Administración, hace esfuerzos, cosa que no está ocurriendo. Y pongo un ejemplo, el pasado 5 de julio se publicaba el Real Decreto de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, 175 páginas de medidas de todo tipo y, ni una dedicada a la contención del gasto público. Y un último comentario Sr. Montoro, no se haga el gracioso, porque sus comentarios no tienen ninguna gracia.