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Sr.Keating usted esta tratando de enseñarme – El Club de los Poetas Muertos

Publicado el 13 septiembre 2013 por Maresssss @cineyear
in CineMAD / by Cesar Del Campo De Acuña / on September 13, 2013 at 9:35 am /

CineMAD…por  César del Campo de Acuña.

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Dirección: Peter Weir.
País:
 Estados Unidos.
Año: 1989.
Duración: 128 minutos.
Género: Drama.
Reparto: Robin Williams, Robert Sean Leonard, Ethan Hawke, Josh Charles, Dylan Kussman, Gale Hansen, James Waterston, Allelon Ruggiero, Norman Lloyd, Kurtwood Smith, Melora Walters, Welker White, John Cunningham, Debra Mooney y Lara Flynn Boyle.
Guión: Tom Schulman.
Música: Maurice Jarre.
Fotografía: John Seale.
Montaje: William Anderson.
Diseño de producción: Wendy Suites.
Dirección artistica: Sandy Veneziano.
Estreno en Estados Unidos: 9 de junio de 1989.
Estreno en España: 22 de Noviembre de 1989.

Sr.Keating usted esta tratando de enseñarme – El Club de los Poetas Muertos

No creo equivocarme cuando afirmo que todos los que encontramos en el cine algo más que un entretenimiento ocasional recordamos a la perfección aquella película que nos hizo darnos cuenta de que existe vida tras la acción, la comedia, el terror, la animación, la aventura y la épica. La inmensa mayoría de los cinéfilos pueden señalar, sin esfuerzo alguno, aquel film que llego a conmoverles y que les llevo a convertirse en algo más que meros espectadores. Esa pasión por el séptimo arte suele aparecer al entender esa primera gran historia que no incluye chascarrillos, tiroteos, números musicales, coloristas escenarios o trepidantes persecuciones y es precisamente en ese relato visual donde comenzamos a paladear por primera vez la pasión volcada en el ejercicio de la interpretación por parte del reparto a la par que apreciamos con nuevos ojos ese mundo de emociones que esa obra en concreto esta revelándonos. Rudy. Reto a la gloria (David Anspaugh – 1993), El oso (Jean-Jacques Annaud – 1988) o El señor de las moscas (Harry Hook – 1990) son buenos ejemplos cinematográficos de lo que, con mejor o peor fortuna, trato de contarles pero, si hay una cinta que ejemplifica a la perfección ese punto de inflexión fílmica que nos lleva a amar el cine es la notable e inmortal El club de los poetas muertos.

Peter Weir, cineasta australiano conocido por El show de Truman (Una vida en directo) de 1998 o Unico testigo de 1985 entre otras obras,  encontró en el que seria su undécimo largometraje (sin contar sus trabajos para televisión) la cinta por la que sería recordado siempre. El club de los poetas muertos es un estupendo drama adolescente de notable factura y exquisita sensibilidad artística. Weir, sin ser un director de gran personalidad, aborda con determinación y entendimiento una historia original del guionistaTom Schulman en las que elementos como la lealtad, la pasión y el deber se entremezclan con el cambio, la inquietud y la irresponsabilidad de los que, como el profesor Keating diría, se sienten invencibles. Aun siendo una propuesta en la que hay intencionada predisposición a entregar el testigo del protagonismo a ciertos personajes Weir acierta dotando de personalidad a todas y cada una de las voces del coro por medio de breves y memorables escenas en las que los sentimientos anteriormente mencionados trascienden de la gran pantalla a la conciencia de los espectadores.

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Creo que el soberbio casting realizado para esta cinta, producida por Touchstone Pictures, merece una especial mención. Los jóvenes actores que dan vida a los miembros del club de los poetas muertos enfrentaron sus aun, por aquel entonces, bisoñas carreras a un protagonismo, en esencia compartido, que exigía un nivel dramático alejado de típicos tópicos en pos de conseguir un todo memorable alejado de la fútil sensiblería de títulos parecidos en la forma pero no en el fondo. Aunque el peso de la interpretación del elenco de estudiantes de Walton recaiga sobre los hombros de Robert Sean Leonard debo destacar que la inmensa mayoría de los que vimos esta película en nuestra preadolescencia o adolescencia encontramos parte de nosotros mismos en todos y cada uno de los personajes; Personalmente encuentro en Neil (Robert Sean Leonard) la pasión enfrentada a la responsabilidad, en Todd (Ethan Hawke) el miedo al rechazo, en Charlie (Gale Hansen) la rebeldía y el ardor de la juventud, en Knox (Josh Charles) la torpeza frente al amor, en Meeks (Allelon Ruggiero) y Pitts (James Waterston) la lealtad al grupo aunque juegue en contra de sus intereses y finalmente en Cameron (Dylan Kussman) la incertidumbre ante el cambio. Los siete representan, sobre un armonioso entorno de poderosa disposición visual y fotográfica, todas esas piezas, tan reconocibles como difíciles de plasmar en la gran pantalla, que componen nuestro salto de la infancia a una incipiente y exigida madurez.

Por supuesto no puedo olvidar al entrañable y eterno profesor Keating al que un Robin Williams, en especial estado de gracia tras su ultimo protagonista en Good morning, Vietnam (Barry Levinson – 1987), da vida con calmada pausa, brillo y, sorprendentemente, sin rastro de exagerado histrionismo. El actor que encarno a Popeye en la cinta homónima dirigida por Robert Altman en 1980 halla en el personaje creado por Schulman ese papel, que todo actor busca y pocos encuentran, capaz de otorgar la inmortalidad cinematográfica. Williams exuda pasión en su discurso y unido a la anteriormente mencionada calmada pausa convierte a John Keating en uno de los mejores protagonistas de la amplísima filmografía del intérprete. Más cercano al “Oh mi yo, oh vida de sus preguntas” que al “Carpe diem” Keating es ese soñador constante que encuentra en la realidad, más allá del momento, la envidiable pasión por la vida del que se siente preparado y que sin la mirada cargada de comprensión de la figura que lo hace posible e inolvidable no seria igual. Williams como Keating resulta tan imperecedero como el discurso del personaje a sus alumnos y al público que le contempla.

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Más allá de sus calidas y memorables interpretaciones El club de los poetas muertos compone un poema visual de excelente factura técnica. La grama cromática utilizada en la fotografía juega un papel definitorio en cuanto a las emociones. La estupenda labor realizada por John Seale permite al espectador palpar el triunfo en los refulgentes atardeceres otoñales a la par que la tristeza inherente a los cielos plomizos del invierno. Pueden considerar predecible y efectista el uso de los colores como elemento fortalecedor del tono de la escena pero Seale, apoyándose en la música de Maurice Jarre, obra con elegante maestría a la hora de elaborar los planos.

Creo que todo, salvo mencionar el gran papel efectuado por Kurtwood Smith como el Sr. Perry, ha quedado dicho. El club de los poetas muertos esta lejos de ser la película perfecta pero su notable equilibrio en todas y cada una de las facetas que componen esta producción la convierten en una de las mejores dentro de su género. La calidad que la cinta atesora le ha valido para trascender más allá de la década que la vio nacer dejando a un lado el férreo y restrictivo cerco que suele aunar a cuantiosas obras entorno al termino “cultura popular de los 80”. Peter Weir, rodeado de un fantástico equipo, rodó una obra única y atemporal que con acierto e inteligencia trata esa etapa de la vida llena de cambios y exigencias, sin caer en la recurrente vulgaridad vista en títulos de ambientación similar o en manidos planteamientos más centrados en buscar la lagrima fácil que en encontrar la distinción.

Para finalizar si me permiten me gustaría utilizar estas últimas líneas para expresar, dejando a un lado el análisis formal, que supuso El club de los poetas muertos a nivel personal. Como he intentado recalcar en el primer párrafo, el undécimo largometraje de Peter Weir fue una de esas películas que me descubrió otro cine, ese cine lleno de intensas y cercanas emociones que dignifica la palabra entretenimiento por medio de propuestas inteligentes a pesar de su marcado carácter comercial. Pueden entender que les hablo, una vez más, desde la nostalgia pero créame cuando les digo que no es así ya que cada vez que vuelvo a pasear por los severos pasillos de la academia Walton no me encuentro con mi yo de antes sino con aquel que gracias al profesor Keating y sus alumnos se emociono por primera vez frente a la gran pantalla. Gracias ¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!.

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Curiosidades:

  • El director, Peter Weir, decidió filmar la película en orden cronológico para capturar mejor el desarrollo de la relación entre los chicos y la creciente admiración hacia el Señor Keating.
  • Otra decisión tomada por Peter Weir que ayudo a crear lazos reales entre los jóvenes actores fue la de hacerles compartir habitación mientras duro el rodaje.
  • En teoria Liam Neeson interpretaría al profesor Keating si la película hubiera sido dirigida, como se pensó en un principio, por Jeff Kanew pero en cuanto Peter Weir reemplazo tras las cámaras al director de La revancha de los novatos (Jeff Kanew – 1984), Robin Williams se hizo con el papel protagonista.
  • Se llego a considerar a Bill Murray para el papel del Señor Keating.
  • Otro actor que estuvo apunto de convertirse en el inolvidable profesor Keating fue Dustin Hoffman. El intérprete además casi llega dirigir la película.
  • Cuando los chicos le enseñan al profesor Keating su viejo anuario, la fotografía que aparece se trata de una instantánea real del actor Robin Williams de su último año en el Redwood High School de LarkspurCalifornia.
  • Lo que, por encima de todas las cosas, atrajo más a Robin Williams del papel que interpretaría en El club de los poetas muertos fue la posibilidad de dar vida a John Keating, el tipo de profesor que le hubiera gustado tener cuando estudiaba en el colegio.
  • El guión escrito por Tom Schulman esta ligeramente basado en sus experiencias personales en la academia para chicos Montgomery Bell Academy en NashvilleTennessee así como en su relación con su profesor por aquel entonces Samuel F. Pickering Jr.
  • Fue la primera película de Touchstone Pictures en ser nominada al Oscar a la Mejor Película.
  • La escena en la que Todd (Ethan Hawke) llora sobre la nieve se filmo en una sola toma. En un principio se trataba de una escena de interior pero cuando comenzó a nevar Peter Weir pensó que la secuencia seria más impactante y tendría más fuerza si se realizaba en el exterior.

Premios:

  • 1990 – 62. ª Edición de los Premios de la Academia: Un Premio Oscar de la Academia al Mejor Guión Original. Nominada a la Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor.
  • 1990 – 47. ª Edición los Globos de Oro: Cuatro Nominaciones a Mejor Película Dramática, Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Acto.
  • 1990 – Premios BAFTA: Dos Galardones a la Mejor Película y a la Mejor Banda Sonora. Cuatro nominaciones a Mejor Directo, Mejor Actor, Mejor Guión Original y Mejor Montaje.
  • 1991 – 16. ª Edición de los Premios César: César a la Mejor Película Extranjera.
  • 1990 – Premios David di Donatello: Premio a la Mejor Película Extranjera. Dos nominaciones al Mejor Director y al Mejor Actor Extranjero.

Sr.Keating usted esta tratando de enseñarme – El Club de los Poetas Muertos


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