Un Bill Murray en estado puro vuelve a las andadas explotando sus facetas cómicas y dramáticas con su típico papel de cascarrabias con buen fondo al que nos tiene acostumbrados. La película en si mismo no nos cuenta nada que no veamos venir mientras la estamos viendo sosteniéndose en gran medida, gracias a un reparto que, en general, ofrece buenas actuaciones con personajes interesantes. Al final cumple su cometido provocando risas con momentos de humor transgresor o intentando remover tus entrañas con escenas de lágrima fácil, pero sobretodo entreteniendo desde el primer minuto.
Mi puntuación: 6/10