Revista Comunicación
Stan lee´s lucky man -temporada 1- evil eye
Publicado el 20 febrero 2016 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertranEVIL EYE (5 DE FEBRERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-
Lucky Man parece la típica serie policíaca. Harry Clayton (James Nesbitt) es un detective díscolo al que sus superiores tienen muchas ganas de meter en cintura, en la línea de otro Harry más famoso: Harry, el sucio (Don Siegel, 1971). Clayton debe resolver casos relacionados con robos de joyas, mafias y ajustes de cuentas. Hasta ahí todo normal. Pero entonces aparece una urraca en la ventana de la escena de un crimen. El pájaro distrae a Harry provocando que se le caiga una herramienta de joyero que analizaba. Al recogerla del suelo encuentra oculta debajo de una mesa una pista que será clave. La aparición de la urraca ha sido un golpe de suerte. Ese es el superpoder de Harry Clayton. Eso es lo que diferencia Lucky Man de otras ficciones policiales.
El relato de superhéroes no existe como tal más que por la presencia de ciertos elementos recurrentes en el personaje protagonista -la doble identidad, un disfraz, unas habilidades fuera de lo normal- cuya historia se desarrolla dentro de los márgenes de un género clásico. La ciencia ficción de Superman, el relato detectivesco de Batman, el romance adolescente de Spiderman. Lucky Man es un policíaco de moderado realismo. Curiosamente, Harry acepta sus poderes con naturalidad, no se los cuestiona demasiado. La estrategia para hacerlos verosímiles es recurrir al humor: la escena en la que el misterioso brazalete demuestra ser impenetrable al destrozar una sierra circular. Luego, el descubrimiento de un amaño en una de las ruletas en la que Clayton ha ganado mucho dinero podría haberle hecho dudar de sus poderes. Pero no es así: encuentra el preciado diamante en el interior de un antiguo reloj.En Lucky Man hay un enfrentamiento subterráneo entre lo moderno y lo antiguo. Las espectaculares imágenes en alta definición, de colores saturados, de los modernos edificios del Londres del siglo XXI se mezclan con los casos que debe resolver Harry, hasta ahora relacionados con antiguas comunidades cerradas, la china y la judía, que esconden celosamente sus secretos. Las modernas investigaciones criminalísticas se contraponen a la naturaleza supersticiosa de los poderes que recibe Clayton, basados en la suerte, en el ying y el yang, en lo irracional, en algo misteriosamente antiguo.
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