#StandUp: Porqué me embarqué en esta nueva experiencia

Hace unos meses atrás, cuatro para ser exacta, la casualidad (o causalidad) junto el momento en que le comenté a mi marido que quería hacer #standup y una amiga que se acababa de inscribir en un curso en la escuela I Love Stan Dap por el Paseo La Plaza, acá en CABA.

Arranqué expectante y cada clase aprendí algo nuevo. La teoría no es muy compleja pero el animarse a hacer reir a otros de manera estructurada y original me empezó a atrapar. Este hobbie tiene algo especial: además de ser adictivo porque al terminar una función enseguida querés arrancar otra, me fue mostrando otra cara de mí misma.

Tengo que rescatar el grupo de personas, los otros alumnos y los profes del curso, todos ellos intentando ayudar a que tu material brille, tirandote de manera objetiva comentarios que aportan, ideas y criticas de las constructivas. No se si esto pasa en todos los grupos, pero en el que yo participé el clima que se generó hizo que nos sigamos acompañando en las funciones de unos y otros para darnos apoyo constante. Eso, es algo que no tiene precio.

Cada show es distinto, en cada uno aprendo algo nuevo, ya sea por cómo me sale mi material, cómo reaccionar el público en general o qué me dicen aquellos que me conocen y saben que estoy abierta a comentarios en general, porque estoy convencida que para crecer en la vida tenés que saber escuchar.

Algunos me preguntan por qué decidi hacer Stan Up a esta altura de mi vida, con cuatro chicos, trabajo, un marido y una gata. ¿Hace falta la exposición, las horas de práctica, los nervios anteriores, los comentarios posteriores? Tengo cuarenta. Creo que el momento de animarse es ahora, ¿y vos que estás esperando? Animate a lo que quieras, al arte, a bailar, a cantar, a saltar si te hace feliz. Para mi poder hacer algo nuevo, distinto, que sea un desafío me genera una juventud adicional que siempre es bienvenida.

Crear algo, de una idea a un proyecto, a un monólogo, a una pintura: crear de la nada solo con tu imaginación, con tu esfuerzo, con tu mente.

Embarcarse en lo nuevo, para mí, vale la pena. Ir de las ganas, del sueño al hecho concreto hace bien al alma. Me gusta. Me encanta. Lo recomiendo.

Y de paso, al tener que salir, subir al escenario, hacer sociales, es obligado estar siempre linda, arreglada, con las uñas pintadas, probar colores, vestuario, dejar un rato el rol de #mamadesesperada y ser una #mujerartista. Divino, ¿no?

Animense gente linda, que está bueno probar. ¿Y si sale mal? Nada, con todo lo que hacemos por nuestros hijos, ya estamos cancheras para hacer algo nuevo, ¿la verguenza? ¡Fue!