Un viaje placentero
J.J. Abrams vuelve a sembrar interés a partir de una secuela que no decepciona ni
pierde el hilo en ningún momento. Star
Trek 2: en la oscuridad sabe comprar al espectador otorgándole unas buenas
dosis de entretenimiento pochoclero y un guión prolijo sin demasiados baches.
La cinta nos mete de lleno en una verdadera aventura con excelentes
tintes de ciencia ficción; clásicos y bastante vistos, pero que se muestran en
sintonía con el transcurso del relato. Resulta importante destacar el hecho de
que esta última entrega no tiene nada que envidiarle a la edición anterior e,
incluso, hasta la supera en muchos factores.
La historia, a diferencia de lo que viene sucediendo últimamente con
muchos films del género, acierta en la escala y en el grado de entusiasmo que
ocasiona: el ritmo se condice con el nivel de atención que suscita en el
público, llevando la marcha por sí solo ascendentemente y sin plancharse en el
desarrollo de la proyección.
El reparto también ayuda a sumar unos cuantos puntitos al score; si
bien Chris Pine sabe dirigir la
batuta encarnando a un firme y a la vez atolondrado Capitán Kirk en la toma de
decisiones, quienes se roban la película son Zachary Quinto y Benedict
Cumberbatch, en ese orden. Quien ofició de joven cerebrito en Margin Call en esta oportunidad enlaza a
través de la extraordinaria personificación de Spock, acertando en la frialdad,
sinceridad y expresando, valga la paradoja, la inexpresividad del vulcano. Por
otra parte, el protagonista de la gran serie Sherlock, es el encargado de impartir momentos de tensión e
incertidumbre desde la interpretación del villano Khan.
Cumplidora, entretenida y bien construida, Star Trek 2: en la oscuridad supera la expectativa y logra con su
cometido, tanto en lo técnico (efectos, filmación) como en la trama.
LO MEJOR:Quinto, Cumberbatch, la calidad
del film. Aventurera, no aburre.
LO PEOR:le sobran unos minutos. Algunas que otras exageraciones en ciertas
resoluciones.
PUNTAJE:8,2