No era fácil mantener el nivel de la primera entrega y cumplir con las expectativas generadas con En la oscuridad. Pero Abrams lo ha conseguido, aumentando la acción, manteniendo la tensión dramática constante, poniendo muchas pinceladas de humor y, con todo, creando un gran entretenimiento del primer al último fotograma. Pero cuidado, el desborde de acción, efectos especiales y un ritmo de infarto no llega a saturar en ningún momento, gracias a unos buenos personajes protagonistas y a un malo de mucho nivel. Aunque estamos muy acostumbrados a pelis espectaculares a nivel visual, esta Star Trek: En la oscuridad es es realmente impresionante en este sentido. Y con muchos menos “flares” que la primera entrega, muy de agradecer.
Lo mejor: la combinación de acción, tensión dramática y humor.
Lo peor: el malo Cumerbatch merecía más protagonismo.