Fragmento de uno de los carteles de Star Trek into the Darkness
Hace unos meses escribí una entrada sobre el cartel de la película Los últimos días en el que aparecía la Torre Agbar de Jean Nouvel y bastante antes publiqué otra entrada sobre la persistencia del Edificio Gherkin en la realidad alternativa donde sucede La brújula dorada. Ahora mirando detenidamente uno de los carteles de Star Trek into Darkness, he descubierto de nuevo la silueta del Gherkin, pero esta vez entre las monstruosas torres de un futuro Londres en ruinas.Tanto este cartel como el mencionado de Los últimos días tienen una composición parecida con unos personajes de pie y de espaldas observando una metrópoli desvastada con una mirada, suponemos que perpleja, que busca la complicidad del espectador, porque también es su mirada.
Volviendo al Gherkin, es evidente que se ha convertido en un icono que representa a la ciudad como antaño podrían haberlo hecho la Catedral de San Pablo, la torre del Parlamento con el Big Ben o el Tower Bridge, por cierto, la primera aparece en uno de los trailers de esta película, empequeñecida entre los rascacielos futuristas, uno de ellos muy parecido y casi como una versión extendida de la Hearst Tower que construyó Norman Foster en Nueva York, sobre el teatro que había diseñado el gran escenógrafo Joseph Urban para William Randolph Hearst.
Es indudable la categoría icónica del Gherkin, creado por Lord Norman Foster, que incluso aparece en un reciente anuncio de ginebra, sin embargo, esta categoría no le garantiza su aparición en todos los medios, por ejemplo en uno de los carteles de Fast and Furious 6, se pueden ver a todos los personajes principales sobre una colina y detrás el skyline de Londres, con la Noria del Milenio, la Abadía de Westminster y otros edificios, pero no aparece aún -quizás lo haga en otros carteles posteriores- el Gherkin; también es significativo que en este cartel no se haya recurrido a un paisaje tinerfeño -la película también se rodó en la isla de Tenerife-, pero es lógico que frente a la Capital del antiguo Imperio, unos peñascos perdidos en medio del Atlántico tengan menos poder icónico.