“Luke Skywalker ha regresado a Tatooine, su planeta de origen, para intentar rescatar a su amigo Han Solo de las garras del malvado Jabba, el Hutt. Pero Luke ignora que el Imperio Galáctico ha comenzado en secreto la construcción de una nueva estación espacial armada, más poderosa que la temida Estrella de la Muerte. Una vez terminada, esta arma suprema significará la aniquilación del pequeño grupo de rebeldes que lucha para restaurar la libertad en la galaxia….”.
Como no podía ser de otra forma, el rodaje de El Retorno del Jedi empezó con problemas. El primero de ellos fue la elección del director. Tras las multas recibidas por parte de los sindicatos, George Lucas decidió abandonarlos definitivamente, pasando a ser completamente independiente. Sin embargo, las duras leyes sindicales, le impidieron contratar a ninguno de los que más sonaban para dirigirla, como Steven Spielberg o David Lynch, incluso él mismo. Así que eligió a un desconocido director británico, Richard Marquand, para que se hiciera cargo de El Retorno del Jedi.Por otro lado, si bien todos los actores querían seguir en la película, había uno que era reticente a seguir en su papel, y este no era otro que Harrison Ford, que hacía poco había protagonizado En Busca del Arca Perdida dando vida a Indiana Jones, y parecía no querer monopolizar los personajes de Lucasfilm. Pero tras muchos tira y aflojas, que ya se habían producido durante la producción de El Imperio Contraataca, Harrison Ford accedió a seguir con el papel de Han Solo, a pesar de lo que él mismo afirmaba:
“Pensé que Han Solo debía morir. Pensé que se sacrificaría por los otros personajes, que él no tiene ni madre ni padre, no tiene futuro, no tiene responsabilidades en ese momento, así que dejaremos que se sacrifique”.
Opinión que era secundada por Lawrence Kasdan:
“Creía que debía pasar al comienzo del último acto para que uno se empezara a preocupar por alguien. Debíamos sacrificar a algún personaje”.
Pero Lucas fue tajante, ninguno de los protagonistas no tenía, ni debía morir, ya que no era lo propio en una película de este estilo. Con Harrison Ford confirmado, y la segura presencia del resto del reparto, el rodaje de El Retorno del Jedi empezó el 11 de enero de 1982 en los habituales estudios Elstree de Londres, donde se rodaron los interiores con la presencia de personajes como Jabba. Sin embargo, para evitarse los problemas generados por los rodajes en localizaciones exóticas, como el Sáhara y Noruega, Lucas optó por rodar las escenas desérticas en Arizona, y situar la acción en la luna de Endor, cuyas escenas se rodarían muy cerca de su casa, en los bosques de secuoyas de California, en concreto en Crescent City.
Hay dos curiosidades alrededor de la producción de esta película. La primera de ellas fue el deseo de abaratar el proyecto, para conseguirlo el título de la producción fue Blue Harvest (Horror Beyond Your Imagination), de este modo el coste que se le duplicaba por ser Star Wars, era más rentable, hasta que Harrison Ford, Carrie Fisher y Mark Hamill aparecían en el plató. La segunda, que es más un rumor que otra cosa, procede de unas declaraciones de Irvin Keshner, director de El Imperio Contraataca, que afirmó que Richard Marquand fue más un asistente de Lucas que el director realmente, ya que controló todas las etapas de la producción.
Esta película, en su edición en DVD, contiene uno de los elementos controvertidos de la saga, derivada de una decisión aún más discutible de Lucas. Para actualizar la saga, las tres películas originales fueron remasterizadas incluyendo escenas eliminadas y tomas con elementos digitales, pero sin duda, la que más discusiones ha provocado es la sustitución de la imagen fantasmal de Sebastian Shaw por la de Hayden Christensen en la escena final. Algo que, desde mi punto de vista, si bien considero innecesario, entiendo un motivo de homogenización en la saga, ya que si bien Anakin había envejecido en la realidad, su espíritu de Jedi murió con el aspecto de Hayden Christensen.
Durante mucho tiempo El Retorno del Jedi fue la película más esperada de la saga –antes de que La venganza de los Sith se estableciera en el horizonte final y conclusivo–, ya que, después de seis años de espera, la legión de fans y seguidores conocerían, por fin, cual sería el destino de todos los personajes, si el bien triunfaría sobre el mal, o, por el contrario, el Emperador y los Sith seguirían reinando sobre la Galaxia.
Tras el estreno del Episodio VI, los waries tuvieron lo que habían deseado desde el estreno de Una Nueva Esperanza, pero todos eran conscientes que aquello no se había terminado. Ya desde un principio se supo que antes de la primera película había algo más, en concreto los Episodios I, II y III. Así que, después de 1983, solo faltaba ver cuando Lucas tomaría la decisión para llevar a cabo las tan esperadas precuelas.