Si existe un personaje alrededor del cual gira el argumento de las seis películas y las dos series de animación, este no es otro que Anakin Skywalker.
Anakin nació en Tatooine de una concepción casi divina a través de la fuerza, ya que, según Shmi, su madre, este no tiene padre, algo que Qui-Gon acepta en seguida sin dudar como una más de las evidencias de que Anakin será el niño de la profecía, que traerá equilibrio a la fuerza.Podríamos estar páginas y páginas hablando de momentos imprescindibles para el personaje, desde la muerte de su madre, a la Qui-Gon Jinn, pasando por la influencia del Emperador, sin embargo hay uno que, indudablemente, es el mejor y más esperado. Para esto debemos remontarnos a 1980, se estrena El Imperio contraataca, y todo el mundo descubre que Darth Vader es el padre de Luke, y lo primero que todos se preguntan es ¿cómo era Anakin cuando era joven, sin la máscara y toda su maquinaria? Parcialmente se respondió tres años más tarde cuando vimos el rostro de un demacrado Anakin, pero eso no era lo que el público realmente quería ver, sino que querían ver al joven Anakin cuando se enamoró de la madre de Luke y Leia. Y dieciséis años después tuvieron la respuesta. Anakin que era un niño humano, sin más. Entre los Episodios I y II lo vimos crecer, y por fin llegamos al III. Ese episodio que cerraba el ciclo empezado casi treinta años antes, y para ello era necesario… ¡Qué digo! Imprescindible, que se mostrara como el apuesto Anakin Skywalker, se convertía en el casi cyborg y villano Darth Vader. Y en una escena que pasará a los anales del cine, vemos como ese joven jedi se convierte en el temido lord sith que, con solo pronunciar su nombre, causa pavor a todos… Sobre todo a Luke cuando le diga su archiconocida frase: “Luke, yo soy tu padre”.
Seguramente, el personaje de Anakin/Vader ha sido el que más actores ha necesitado para que se convirtiera en el personaje que hoy todos conocemos. En los episodios I, II y III, Anakin fue interpretado por Jake Lloyd y Hayden Christensen, sin mayores dificultades que las interpretativas, y con el place añadido para el segundo de tener el honor de enfundarse el traje de Darth Vader para la escena final de La venganza de los Sith. Sin embargo, en la trilogía original la cosa no fue tan fácil.
El actor escogido, por sus dimensiones, fue David Prowse, cuyo talento interpretativo era más bien pobre, sin embargo aportaba al personaje el tamaño necesario para convertirse en temible… Hasta que hablaba. Era entonces cuando el acento galés indescifrable del actor se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza, ya que además de quitarle seriedad al personaje, la voz resonaba en el interior de la máscara provocando un efecto muy triste. Fue entonces cuando Lucas quiso darle una voz potente e inquisitiva, primero se pensó, cuya voz le hubiera dado a Darth Vader algo impagable, pero era demasiado reconocible, así que la elección fue James Earl Jones. ¡Y vaya elección! Además de la innegable profundidad sonora, la pronunciación perfecta del inglés le dio ese toque más serio y noble al personaje de Vader. La voz de Darth Vader se ha convertido en una pieza tan esencial del personaje que, en nuestro país, el encargado de ponerle voz fue el gran Constantino Romero, siendo considerado por los propios responsables de la película como una de las mejores voces internacionales de Vader. Para las escenas de esgrima, para lo que el estilo de Prowse era más que extraño, fue Bob Anderson el que se enfundó el traje. Finalmente, cuando su rostro es descubierto al final del Episodio VI, la cara es la de Sebastian Shaw.
Puede que Anakin sea un personaje más bien soso, superado por otros de la nueva trilogía como Obi-Wan Kenobi, Qui-Gon Jinn, Darth Maul o, incluso, Jar Jar Binks… No, ahora en serio, el personaje de Anakin, tanto el niño como el hombre previo a convertirse en Darth Vader, es un poco insustancial, y más si lo comparamos con el que fue su predecesor y a la vez sucesor… Darth Vader.
Con el aspecto de una antigua armadura de samurái, Darth Vader impactó con fuerza la vida cultural de los setenta y principios de los ochenta, a pesar de no ser uno de los protagonistas, se convirtió en un símbolo de la saga, dando un salto de gigante para convertirse en un hito cultural de esa época, incorporándose a la cultura pop y saliendo de la gran pantalla pasando a ser algo del día a día, desde estar estampado en una lata de comida a ser una gárgola de la catedral de Washington.
Me acabo de dar cuenta que he hablado de muchas cosas menos de la vida de este personaje. Pues para aquellos perezosos que no quieren ver las películas o leerse una de las múltiples biografías que circulan por la red, aquí va un resumen: Anakin era un niño muy bueno, muy bueno, muy bueno, que le pasaron cosas muy malas, muy malas, muy malas, y se convirtió en un hombre muy malvado, muy malvado, muy malvado, y al final… George Lucas lo cambió digitalmente.
Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.