Una de las principales inspiraciones que George Lucas tuvo para crear el universo Star Wars y, sobre todo, de la trilogía original fueron las películas de samuráis de Akira Kurosawa.
Desde la vestimenta y la filosofía de los Jedi hasta esa concepción de western de la trama, son fruto del gran amor que sentía el californiano por el cine del maestro japonés. Entre todas las películas de Kurosawa, la que puede asimilarse más a la trama de Una nueva esperanza, es La fortaleza escondida. De ella, Lucas extrae la idea de la princesa en apuros, del mercenario con buen corazón y, lo que es más importante, la pareja cómica. En la película aparecen dos personajes que se ven involucrados en la historia sin quererlo, y se pasan gran parte de la película discutiendo entre ellos, refunfuñando y protestando por todo lo que ocurre a su alrededor. Seguramente os estaréis preguntando «¿por qué nos pega este rollo sobre Kurosawa?». Pues es muy sencillo, esta pareja cómica también fue trasladada al universo Star Wars, convirtiéndose en dos de los personajes emblemáticos de toda la franquicia, C-3PO y R2-D2.
Pero esta no fue la única inspiración de la que se nutrió Lucas para crear a estos dos personajes. Desde la relación entre los personajes de Stan Laurel y Oliver Hardy, hasta el mítico robot de Metrópolis, todo ello mezclado de la forma más genial que Lucas pudo concebir, dando lugar a estos dos personajes tan queridos por el público.
Sin duda alguna, el material que existe sobre estos dos personajes permitiría escribir un extenso artículo para cada uno, sin embargo, debido a su estrecha relación y su entrañable vinculación, es inevitable hablar de uno sin hacerlo del otro.
C-3PO es un droide de protocolo para interactuar con humanos y otras formas de vida humanoides, fue fabricado en Affa y reensamblado por un joven Anakin Skywalker en Tatooine, donde tendría que ayudar a su madre, Shmi. Sin embargo, con el paso de los años pasaría a convertirse en el mayordomo de Padmé Amidala y, más tarde, de su hija, Leia.
Por su parte, R2-D2 fue un droide astromecánico perteneciente a los Ingenieros Reales de Naboo, que tras sus muchas actuaciones heroicas, se convirtió en el droide personal de Anakin Skywalker, siempre acompañándole cuando este pilotaba todo tipo de naves, algo que también haría para Luke, cuando su tío Owen Lars lo compró.
En la trilogía clásica, siempre vemos a estos dos personajes juntos, y separados en muy pocas y breves ocasiones, sin embargo, resulta curioso saber como se conocieron. Uno de los momentos más esperados de La Amenaza Fantasma es en el que ambos droides se conocen en el taller de Anakin Skywalker, y a pesar de que el momento de unir sus aventuras no llegaría hasta El Ataque de los Clones, ya se puede ver esa complicidad entre ambos.
En este sentido, uno de los pocos momentos felices del final de La Venganza de los Sith es cuando descubrimos que estos dos personajes no se separarán como todos los demás, quedando al servicio del capitán Antilles. Pero algo que no puedo evitar preguntarme al final de esta película es ¿qué diría 3PO al saber que el pequeño Ani se había convertido en Darth Vader? Esto es que no sabremos nunca, y aunque creamos que R2 debería habérselo dicho cuando le fue borrada la memoria al droide de protocolo, seguramente, el pequeño droide astromecánico se lo ocultó para protegerlo.
Esta genial pareja no se caracteriza solo por ser la faceta cómica en ambas trilogías, en numerosas ocasiones ambos personajes son esenciales para la trama, sobre todo para salvar la vida de sus compañeros. Puede que 3PO sea caracterizado como un cobarde, sin embargo no duda en acompañar a su aventurero amigo, que normalmente no duda en ayudar a los demás personajes cuando estos están en peligro. En todas las películas, R2 tiene su pequeño momento de gloria cuando salva a uno más de los protagonistas en el último segundo. Todo un hito para el que, según 3PO, es su «complemento».
En 1977, Lucas prácticamente se inventó el sistema de efectos especiales utilizados para muchas escenas de Una nueva esperanza, sin embargo, había elementos que no podía digitalizar tan fácilmente, como algunos personajes. C-3PO y R2-D2 fueron dos de estos, para darles vida se optó por meter a actores reales en el interior de sus carcasas, y los elegidos fueron Anthony Daniels, en el caso de 3PO, y Kenny Baker, en el de R2. Ambos actores hicieron un trabajo genial y a la vez muy duro, ya que en las escenas gravadas en Túnez Daniels perdía dos quilos diarios debidos al calor, y Baker era olvidado en el interior de su traje a la hora de comer. Pero consiguieron algo que muy complicado, incluso sin el traje, y fue el de dar personalidad a dos personajes aparentemente inanimados.
Uno de los mayores honores que ha tenido esta pareja, sobre todo 3PO, ha sido la tener la primera y la última línea de la franquicia. Son los primeros en hablar en el Episodio IV y los últimos de hacerlo en La venganza de los Sith. Además, son de los pocos personajes que han participado en casi todas las películas y series de la franquicia, desde las películas principales, pasando por la series de animación, teniendo una de propia, incluso hoy, en 2015, se sabe que de algún modo también participarán en El despertar de la Fuerza… ¡Larga vida a C-3PO y R2-D2!
Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El cine de Hollywood.