Revista Cine

"Stella" de Sylvie Verheyde

Publicado el 15 julio 2011 por Troncha
Reconozco que no había oido hablar de la película hasta que recibí la cita para el pase de prensa, digo esto porque “Stella” nada más y nada menos es una película francesa de 2008 que va a llegar a nuestras salas a finales del 2011. Esto da lugar a más de una reflexión hay pocas salas y se forma un “embudo” del que es difícil salir a la luz, hay más cine del que debería haber y por eso algunas realizaciones se quedan sin hueco, ¿porque no? también podría ser. Pero mi opinión sincera es que el cine cada vez es más comercial y como esto implica vive cada vez más esclavo de su rentabilidad, por eso no tenemos el gusto de disfrutar producciones como esta muy a menudo.“Stella” es una película sin recovecos, diáfana en su planteamiento no vamos a tener opciones a la hora de plantearnos las situaciones que su directora nos plantea. De hecho el que suscribe a rebuscado por varios sitios indagando un poco sobre la vida de la madre del proyecto, pero sin mucho éxito. La razón de ello es que la historia se me antoja autobiográfica, como si alguien que hubiera vivido todo esto, quisiera plasmarlo en imágenes y llevarlo por ende a la gran pantalla.La historia está narrada desde el único punto de vista de la protagonista, la propia Stella (Leora Barbara), cronológicamente situada a finales de los setenta, principios de los ochenta. Pero que en honor a la verdad su temporalidad es lo de menos porque podríamos ubicarla en cualquier punto de la segunda mitad del siglo XX. Stella está sola, aun viviendo con sus padres, estos regentan un bar y no encuentran tiempo para ella, entre los numerosos ratos de ocio y negocio que ocupan su vida. Por tanto la niña se ve obligada a vivir en un torno del todo impropio a una pre-adolescente, que realmente ha vivido así desde pequeña.
De alguna manera su soledad en la vida es su propia fortaleza, se da cuenta que poco va a conseguir viviendo en ese entorno y que la única oportunidad que tiene de abandonar ese clima es la escuela. Las cosas allí tampoco van a ser nada fáciles, pero al menos encuentra una tabla de salvación en Gladys (Melissa Rodrigues), la empollona de la clase. Se complementan perfectamente y realmente es en quien Stella vuelca los sentimientos, ya que su entorno familiar no entiende siquiera lo que está haciendo, el que los estudios puedan suponer una vida mejor.Con todo este planteamiento, y metiéndonos en el pellejo de la niña, no podemos pretender que desde el principio no tengamos un sentimiento de ahogo porque la tragedia va a aparecer de un momento a otro. Como de hecho ocurre, pero incluso en este caso, la protagonista con su absoluta madurez logra sobreponerse y continuar el camino que ha elegido para conseguir su felicidad. Hay que suponer que el final tiene un tono bastante agridulce, en el que quedan temas por cerrar y ofrecer ciertas conclusiones, pero eso no es lo importante, lo que realmente interesa es lo que tiene frente a si Stella.Salvando las distancias y esto por supuesto es motivo de debate si a alguien le apetece, el personaje recuerda al de Jelliza Rose (Jodelle Ferland) en Tideland (2005), la película de Terry Guilliam. Niñas que les han tocado vivir vidas de adultos desde que nacieron, y que el egoísmo de sus padres les ha truncado su infancia, creándose ambas una especie de mundo paralelo en el que logran abstraerse del horrible mundo real que les toca vivir.TRONCHA

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