Crítica rápida para evitar que veáis Step Up All In (Id, Trish Sie, 2014).
Sean (Ryan Guzman. Extraordinariamente guapo y sin embargo con el sex-appeal de un zapato viejo) es un bailarín que intenta ganarse la vida como tal en Los Angeles, y que ve posibilidades de triunfar gracias a un mediático concurso llamado The Vortex. Para poder participar, avisa a su amigo Moose (Adam Sevani), el cual avisa a su vez a su amiga Andie (Briana Evigan. No os preocupéis, está mucho más buena que esa chica mal photoshopeada del póster; a la de verdad no dan ganas de tirarle un bocata), y entre los tres montan un grupo de baile a todo trapo para entrar a formar parte de lo que, como ya estaréis imaginando todos, será la competición menos emocionante y más previsible de la historia de la televisión.
Tengo sueño y no me apetece perder el tiempo: la música es mala, las interpretaciones son peores, las pocas coreografías que no son una mierda están estropeadas por lo lamentablemente mal que están rodadas las escenas, los buenos bailarines (ninguno de los protagonistas está en la lista) están desaprovechados y en general la peli entera es un despropósito.
Lo único que hace el asunto un poco más llevadero es la presencia de algunos de los secundarios; a saber, Adam Sevani en el papel del ya mencionado Moose:
Y este otro tío, que se llama David 'Kid David' Shreibman y que interpreta a un profesor de bailes de salón que se acopla al grupo, llamado Chad:
Lo demás, un espanto. Y os lo dice alguien que vio encantada de la vida pelis cuyo único aliciente era la música y las coreografías, como El Ritmo del Éxito (Center Stage, Nicholas Hytner, 2000), Espera al último baile (Save the Last Dance, Thomas Carter, 2001) y hasta productos de calidad más que dudosa como Honey (Id, Bille Woodruff, 2003). Cualquiera de ellas le da cuarenta vueltas a este bodrio.
Y ya está. No veais esta cosa ni locos.
Si alguien la ha visto ya, le mando un abrazo.