Sterling no renueva con el Liverpool. Termina contrato en 2017

Si hay una noticia positiva en la irregular temporada del Liverpool, es progresión que ha seguido Sterling. La temporada pasada ya pasó de ser un jugador de banda a un mediapunta por el centro, con todo lo que esto conlleva, tomas de decisiones, capacidad de pase y movimientos interiores. Esta versatilidad ha continuado ya que, ante la ausencia de un delantero fiable, el jamaicano ha actuado como falso 9. Rodgers lo está modelando magníficamente para que, en pocas temporadas, se convierta en un referente mundial. Hasta aquí todo bien, el problema viene cuando la directiva del conjunto inglés se ha puesto a negociar con el jugador y este, de momento, ha rechazado las ofertas realizadas.

Las razones son las habituales en estos casos. Por un lado, está la cuestión monetaria, hay baile de cifras entre lo que el jugador requeriría, que estaría en torno a 100000 Libras por semana y lo que el club le ofertaría, no más de 65000. En otros medios se asegura que Raheem habría rechazado incluso 180000 libras por semana. El jugador dice que el problema no es el dinero, sino la aspiración que tiene de ganar títulos y de marcar goles en partidos importantes.

Cuando se entra en estos aspectos, es complicado retener al jugador, pese a que el club haga un esfuerzo importante y le pague como a una estrella mundial, no puede asegurarle que, su proyecto a medio plazo vaya a lograr clasificarse para Champions League la mayoría de las temporadas y poder luchar por los títulos. Otros clubes más potentes, cómo el Manchester City, sí que están más cerca de cumplir estas premisas.

Al Liverpool se le pide que fiche jugadores de primer nivel, que deje de fichar promesas y jugadores por hacer, esto va a ser muy complicado si, ni siquiera, puede retener a sus mejores jugadores. Se le plantean unas soluciones complicadas al conjunto del norte de Inglaterra, una es seguir negociando hasta intentar convencer al jugador, otra, agotar el contrato, aprovechar los 2 años que le quedan a Sterling y que a la conclusión del mismo sea libre de irse a cualquier equipo. La tercera sería la de vender al jugador, intentando sacar la máxima cantidad de dinero posible e intentar, con ese dinero, asegurar el contrato de los otros pilares del equipo y fichar a jugadores que hagan crecer inmediatamente al club.

Ninguna de las opciones es totalmente satisfactoria, la sartén la tiene cogida por el mango el jugador, que va a mirar por su carrera antes que por la salud de su club, veremos cómo se resuelve el entuerto.