Hablando el otro día con unos amigos de todo un poco, surgió el tema de esas palabras del castellano que por desgracia han caído en desuso o en el olvido. Decidimos que era de justicia reivindicarlas en cuando se diera la ocasión; pues bien, esta mañana, tras ver ‘Steve Jobs’, ha venido a mi cabeza una de esas palabras quizás no por casualidad; no obstante,creo que encaja perfecta en el título de la reseña. La RAE define contumaz como “Rebelde, porfiado y tenaz en mantener un error”.
Desde luego que la figura de Steve Jobs, puede ser con seguridad una de las más conocidas y expuestas a distintos niveles de los últimos años. Quien más quien menos conoce su nombre o al menos le suena su cara; incluso existirá quien disfrutara del fallido trabajo protagonizado por Ashton Kutcher en el papel de Jobs de solo hace un par de años. Habrá además quien admire la persona que fue capaz de caer y levantarse para convertirse en todo un personaje mediático más allá de sus distintos talentos. Por todo ello, el personaje es un caramelo para alguien con el talento de Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog millionaire…), más si está acompañado de un gran elenco actoral como es el caso.
Mencionar a Michael Fassbender y no acompañarlo de algún calificativo positivo es casi imposible; sin duda, se trata de uno de los mejores actores de los últimos años como ha demostrado en no pocas películas de notable factura. Entre los secundarios destacan (como casi siempre) una espléndida Kate Winslet como mano derecha de Jobs, y el también brillante Jeff Daniels. Sin embargo, el título de la obra deja claro quién es el protagonista indiscutible.
Un director destacado y unos actores notables ayudarían a cualquier historia por mediocre que fuera a salir más o menos bien parada. En el caso de ‘Steve Jobs‘ el guion acaba de redondear la ecuación para dar una película notable. No esperéis la típica biografía que recorre toda la vida del personaje, ni tampoco el tipo de historia que ahonda en vanagloriar la vida del protagonista. La película se centra en tres momentos claves en la vida de Steve Jobs como ‘inventor de futuro'; a partir de esos tres momentos se desarrolla una visión concreta e intencionadamente incompleta del protagonista.
Quizás este sea el aspecto que pueda desconcertar a más de uno, pues a pesar de hablar de una película de dos horas, cuando el film llega a su fin uno se queda con esa sensación de haber visto solo una pequeña parte de Steve Jobs. Esto denota dos aspectos: el primero es el buen hacer de Boyle tras las cámaras, capaz de a través de un gran guion plagado de diálogos, imprimir un ritmo vital a la historia; y en segundo lugar, la siempre interesante para algunos o fascinante para otros, vida de uno de los personajes con mayor influencia en la sociedad de consumo de las últimas décadas. Una persona que incurrió una y otra vez en muchos errores para acabar convirtiéndose en la persona capaz de eclipsar a la manzana.
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