Estonia no sólo ha sido la cuna de algunos de los compositores más interesantes del último siglo como Arvo Pärt, Eduard Tubin o Erkki-Sven Tüür. También ha sido el lugar de nacimiento de los integrantes de una imponente saga de directores de orquesta de renombre internacional iniciada por Neeme Järvi y continuada por sus hijos Paavo primero y Kristjan después.
Neeme y Paavo se han centrado en un repertorio relativamente moderno dentro del ámbito de la música clásica con especial predilección por los compositores de su área geográfica, es decir, autores rusos, estonios y finlandeses principalmente. Son abundantes en su discografía las grabaciones de Arvo Pärt, principal motivo por el que les conocimos en el blog. En el caso de Paavo, además, sus trabajos sobre la obra de Tüür nos parecen particularmente interesantes.
Queremos hablar hoy, sin embargo, del menor de los hermanos: Kristjan. Neeme Järvi se trasladó a a los Estados unidos cuando el pequeño tenía apenas 7 años por lo que es lógico pensar que su inmersión en la cultura americana a una edad tan temprana tuvo mucho que ver en el enfoque ligeramente diferente que le ha dado a su repertorio como director de orquesta en relación al de sus parientes. Sin perder de vista a alguno de los autores imprescindibles como Tchaikovski, Beethoven o Richard Strauss, Kristjan ha mostrado un gran interés por los compositores norteamericanos, desde Elliott Carter o Leonard Bernstein a los minimalistas como John Adams o, más recientemente, Philip Glass.
Nos hemos fijado hoy en una de sus grabaciones más recientes publicada por Sony Classical en 2016 en la que Kristjan Järvi nos ofrece su visión sobre la música de otro de los grandes autores de nuestro tiempo: Steve Reich. El trabajo ocupa dos discos claramente diferenciados. En el primero encontramos tres obras de momentos muy diferentes de la carrera del músico (1971, 1987 y 1993) mientras que en el segundo podemos escuchar otras dos piezas más modernas (de 2004 y 2006) pero interpretadas por primera vez por una orquesta completa, en este caso, la MDR Leipzig Radio Symphony Orchestra and Choir.
Kristjan Järvi
El programa se abre con “Duet”, escrita en 1993 y dedicada a Yehudi Menuhin, uno de los más grandes violinistas del siglo pasado. La obra de Reich es una pieza para dos violines y orquesta de cuerdas. En ella podemos disfrutar de una versión desacostumbradamente lírica del compositor, que se revela en un tema central luminoso cuyo desarrollo no hace sino incidir en ese aspecto. Una verdadera joya en la producción de Reich cuyo único defecto es su escasa duración. Como todas las piezas incluidas en este primer CD, “Duet” se grabó en vivo durante dos conciertos que tuvieron lugar en Leipzig en 2014.
Continúa con “Clapping Music” (1971), una de las primeras composiciones de Reich que consiste en trece compases interpretados por dos músicos que participan en la ejecución dando palmas. Cada uno de los compases se repite en 12 ocasiones y en cada repetición el patrón rítmico de uno de los ejecutantes se va separando del de su compañero creando el típico efecto de “fase” que definía parte de la música de Reich en sus primeros años. La interpretación aquí corre por cuenta del propio Reich acompañado de Kristjan Järvi.
Cierra el primero de los dos discos “The Four Sections”, obra de la que también hablamos en el blog en su momento. El título alude, no sólo a las cuatro partes en las que se divide la pieza sino a cada una de las secciones de la orquesta: cuerdas, maderas, metales y percusión.
En el segundo volumen del trabajo podemos escuchar, como indicábamos antes, dos obras cuya versión original no estaba pensada para su ejecución con una orquesta completa por lo que podemos considerarlas (así lo hacen en las notas del disco) como sendos estrenos. Las grabaciones proceden de los ensayos generales previos a la “premiere” de ambas versiones.
“Daniel Variations” (2006) es una obra muy compleja en la que Reich mezcla textos procedentes de situaciones muy distantes en el tiempo y el espacio, algo que ya hizo en su “Different Trains”, por poner un ejemplo. “Daniel” se refiere igualmente al “Libro de Daniel” del Antiguo Testamento y al periodista Daniel Pearl, secuestrado y ejecutado en Pakistan por un grupo yihadista en 2002. La primera parte de la obra toma su inspiración en un pasaje en el que el Rey Nabucodonosor II le pide consejo al profeta Daniel sobre un sueño muy inquietante en el que el monarca vio la caída de su reino. La música de Reich es muy poderosa con el piano jugando un papel muy destacado, algo no del todo común en la obra del músico norteamericano. El coro y la orquesta, con mención destacada a las percusiones (marimbas y vibráfonos) son mucho más reconocibles en una composición que tiene puntos en común con “Tehilim” o con “The Desert Music”. En la segunda parte saltamos al pasado más reciente para encontrarnos con el comienzo del vídeo en el que se contempla el degollamiento de Pearl, que comienza con éste diciendo a cámara: “my name is Daniel Pearl”. Esas cinco palabras son el material que Reich utiliza en su composición cuyo inicio está marcado por la veloz intervención de los violines que dominan toda la pieza que, al margen de eso, funciona como una prolongación de la anterior. En el tercer movimiento volvemos al profeta David hablando con Nabucodonosor y profetizando su caída a menos que reconozca la autoridad superior de Dios, momento en que volvería a reinar. Los temas recuerdan al movimiento inicial como los del último lo hacen al segundo. Durante la preparación de la obra, Reich conversó en muchas ocasiones con Tom Jennings, amigo de Daniel Pearl. Éste le contó una anécdota que surgió cuando le preguntó al reportero si creía en la vida después de la muerte. Pearl respondió que “no tenía respuestas, sólo preguntas, pero que esperaba que a Gabriel le gustase su música”. Jennings no supo bien del origen de la referencia al arcángel que debía tocar la trompeta para despertar a las almas dormidas en el día del Juicio Final hasta que, tras el fallecimiento de Daniel, se encontró un día repasando la colección de discos del periodista. En ella encontró un viejo vinilo del violinista de jazz Stuff Smith en el que aparecía la canción “I Hope Gabriel Likes My Music”, escrita años antes por Dave Franklin. A Reich le gustó la historia y decidió titular el último movimiento de las variaciones “I Sure Hope Daniel Likes My Music When the Day is Done” en referencia a la anécdota relatada por Jennings.
En 2004, Reich escribio “You Are (variations)” dividida en cuatro partes, cada una de las cuales tenía su origen en un aforismo. El primero de ellos, atribuido al Rabino Najman de Breslav decía: “estás allí donde estén tus pensamientos”. El segundo, procede del Salmo XVI: “A Jehová he puesto siempre delante de mí”. La tercera frase procede de las “Investigaciones filosóficas de Ludwig Wittgenstein: “Las explicaciones tienen un fin en algún lugar”. Por último encontramos una cita del Talmud: “Habla poco, haz mucho”. La música de “You Are” es similar en su enfoque a la de las “Daniel Variations” y, por tanto, a la de anteriores obras orquestales de Reich. La característica importancia del ritmo, especialmente relevante en las marimbas y el piano está presentes sin disimulo alguno lo que nos impide calificar la obra como de tremendamente original aunque el marchamo de calidad de Reich siempre está ahí.
Steve Reich está considerado ya como uno de los compositores más importantes de nuestro tiempo por lo que cualquier comentario que podamos hacer aquí en sentido laudatorio, no aportaría demasiado a nuestros lectores. Nuestra admiración por su obra y los temas que toca es grande y por ello no dejamos de recomendar su escucha como hemos hecho siempre.