Steven Gerrard, gracias capitán

Empecé a seguir al Liverpool sobre mediados de los 90, cuando un delantero canalla llamado Fowler perforaba, sin piedad, las redes de los equipos de media Premier. Formaba una buen equipo con McMannaman y Redknapp a los que luego se sumó Owen, otro delantero, peor rematador, pero extraordinariamente rápido. La década concluye con el debut del que iba a ser, durante los siguientes 15 años, santo y seña del equipo red, Steven Gerrard.

Centrocampista en la mayoría de ocasiones, es, ante todo, un jugador de fútbol moderno, con reminiscencias antiguas. Extremadamente polivalente, llega a actuar, puntualmente, cómo lateral derecho o, incluso central, aunque la mayor parte de su carrera se desarrolle en el centro del campo, preferentemente con espacio por delante, con un hombre más creativo al lado y otro que guarde la posición, esa era la disposición que más le favorecía aunque no siempre esto fue posible. Dotado de una llegada a gol espectacular, golpeo muy bueno con ambas piernas y gran remate de cabeza, hacen que sus cifras sean muy buenas, casi 200 goles en casi 700 partidos.

Eternamente, bueno, realmente desde 2004, vinculado con el brazalete de capitán, primero de manera compartida con el gran Jamie Carragher, que realmente era el que manejaba, con mano de hierro, el vestuario de Anfield. Steven ha sido un capitán de los que transmiten con sus actos, corriendo más que nadie, ayudando a sus compañeros, marcando el gol de la victoria, que con sus palabras.

Un ejemplo para cualquier futbolista joven, evolucionó su manera de jugar, fue mejorando año a año incorporando nuevos recursos que le llevaron a ser decisivo en el espacio comprendido entre ambas áreas. Quizá su palmarés no sea tan brillante como el de otros futbolistas, no ha coincidido con la mejor época red, un club que todavía está intentando adaptarse a la Premier League, 25 años después de que esta haya comenzado, pero para el recuerdo siempre estará la final de Estambul, que quizá sea el partido que mejor resuma su forma de ser. Empezó como centrocampista, marcó el primer gol de los suyos, fue de los mejores de la prorroga y terminó jugando de lateral derecho.

Multitud de premios individuales avalan su rendimiento, va a dejar un vacío enorme en Anfield, Henderson heredará el brazalete pero le queda mucho para llegar a ser lo que era el gran capitán a su edad. Termina una época, comienza otra, el tiempo pondrá a cada una en su sitio.