Steven Wilson, en un intento de descomponer la música como estrato histórico y reconstruirla como una entera pieza desarticulada y hasta contradictoria, levanta su discografía a través de un conjunto de canciones que van desde la emblemática cualidad protestante contra la tecnología presente en los discos más insignes de Porcupine Tree hacia una visión macrocósmica sobre la creación de las futuras músicas.
Artista: Steven Wilson
Álbum: The Harmony Codex
Año: 2023
Género: Crossover Prog
Duración: 64:05
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra
El álbum está basado en una historia escrita originalmente por el mismo Steven para su libro de reflexiones autobiográficas "A Limited Edition of One", el cual trata sobre la búsqueda que realiza un adolescente que tiene que encontrar a su hermana en un rascacielos londinense bombardeado. En esa subida constante de escaleras que en algún piso contienen la respuesta, reside una profunda reflexión sobre varios aspectos existenciales que se tocarán en este disco.
La canción que da comienzo a esta obra, "Inclination", arranca con un movimiento muy definido y sonidos que oscilan entre lo africano y lo asiático, a la vez que se sostienen en un intento de ambientación, de naturalidad construida (esto ya da una idea de lo que se vendrá). De todos modos, esos tintes continentales son breves, pues entrará una percusión decisiva para moldear esa atmósfera y crear un espacio de terminología electrónica. Una vez introducida la idea de una apertura casi fuera de contexto, entra la flauta para dar melodía a una canción cuyos primeros dos minutos son un puro ejercicio experimental. El oyente advierte que este track se divide en 2 cuando a su mitad aparece repentinamente Steven para establecer un canto sobriamente sentimental, bastante típico de aquellos cantantes de grupos de sonido alternativo electrónico. La burbuja está bien lograda: el tiempo está usado de manera que solo un tipo con muchos años en la música podría abarcar. Cada idea es moldeada paralelamente a otras sin dañar la estructura envolvente. Es, definitivamente, un buen comienzo. En mi opinión, por encima de las aperturas de sus otros álbumes de estudio ulteriores al implacable HCE (o compitiendo de cerca con My Book of Regrets, aquella canción que abre "4 1/2", de rasgo típico de Steven, pero tirando a mixturas indie).
Luego continuamos con "What Life Brings". Esta canción nos traslada inesperadamente a los períodos de Porcupine Tree de musicalidad optimista, como las canciones (o al menos sus partes) positivas-psicodélicas de Deadwing, pero más minimalista. Un track con guitarras floydianas que sirve como buen pasaje anímico dentro de la escucha del disco, pero que se queda atrás como canción individual. También, esto tiene que ver con que no es cómodo llamar canciones a las piezas que componen este álbum. Todo parece ser parte de un concepto; de una nueva corriente que Steven intenta cargarse al hombro como inventor. Y, en cuanto a esto, solo el tiempo dirá. Lo que sí podemos concretar es su resolución sonora-energética: The Harmony Codex viene a continuar a The Future Bites, pero no a parecerse. Sabemos que Steven hace un tiempo está redescubriéndose en una etapa mitad progresiva, mitad "aleatoria" (adjetivo que aplica solo para nosotros, los oyentes y seguidores), como la naturaleza del crossover prog lo dicta.
Ya dándonos una idea de que se viene un álbum impredecible, llega "Economies of Scale". Cuando escuché esta canción como adelanto, no me gustó casi nada. La recibí sobrecargada de ideas mal concretadas. Fue una sorpresa para mí escucharla dentro del disco y encontrarle un sentido plenamente distinto. Es música electrónica desestabilizada donde cada instrumento parece estar extraído de un género distinto, incluso cada voz por separado, sobre todo en ese momento donde cada elemento se encuentra en alza para luego descender a las armonías iniciales. No voy a mentir, es en esta segunda escucha que le encuentro su gracia, pero creo que se debe a lo ya mencionado: este disco no tiene canciones, sino partes que componen un todo. Un todo automatizado pero revelador.
Si los fanáticos de su etapa progresiva estaban empezando a cansarse, llega "Impossible Tightrope", sin ningún lugar a dudas, el track más progresivo del disco. Arranca con un pasaje liderado por violines similar al desarrollo que tienen los de The Raven[...], pero en cuestión de segundos entra la percusión a dar el impacto de personalidad necesario. Se percibe como esta potente canción intenta tener un sentido de persecución, de ritmo preciso y emocionante, nuevamente floydiano en muchos aspectos. Aunque también encuentro parecidos los trazos furiosos a ciertos momentos del Tangerine Dream más excéntrico, y los trazos ambientales al "All to Bring You Morning" de Johnny Harris. Es sorprendente lo original que es esta canción teniendo en cuenta que este tipo de "suites que no son suites", rápidas de aproximadamente 10 minutos, se han hecho casi de todas las maneras posibles. Steven logra la ilusión de que todo elemento musical se vea envuelto en una especie de torbellino autótrofo. La primera vuelta concreta de este viaje a sus primeros álbumes solistas mediante disparos jazzísticos y arreglos angulosos.
Y el punto flojo del disco tiene lugar en su centro. De todos modos, no es tan fácil pensar "Rock Bottom" como el desliz mayor tanto en términos progresivos como en términos generales, pues a pesar de ser una de esas canciones que pretenden tener un significado filosófico inmenso en pocas palabras, deja de serlo inmediatamente apenas suena el siguiente track. Ahora, hay algo que tiene que decirse: Steven mete una canción que parece sacada de un álbum de Lana del Rey en medio de un extenso instrumental progresivo y una canción que vuelve a la instrumentación hiperelectrónica de Economies of Scale. Y lo más gracioso de todo es que no queda mal. No me pareció una canción "poderosa" como he leído a más de uno... Siento que he escuchado esto muchas veces tiempo atrás. Aun así, me gusta mucho que el desarrollo del álbum sea extremadamente poco convencional. Es posible que también por este motivo agarre valor histórico con el paso de los años.
Luego de un pop conmovedor, subimos el siguiente piso y nos encontramos con "Beautiful Scarecrow". Este quizás sea el tema del álbum que más busca calmar las aguas debido a sus pocos impactos notorios. Busca ahogar al oyente en un mar de sonidos subacuáticos o terroríficos con una percusión que acecha violentamente todo lo que esté cerca de ella. Muestra el lado virtuoso más íntimo de Wilson, aquel donde, en medio de su firmeza para continuar nuevos caminos, logra realizar mixturas entre sus épocas pasadas y las innovaciones musicológicas que quiere germinar.
Y luego de pasos varios pasos dispersos, llegamos al track homónimo, "The Harmony Codex". En mi opinión y sin ninguna duda, es la pieza más importante del disco, donde Steven confiesa casi de manera total todo lo que está buscando en la música: abarcar la melodía, la armonía y el ritmo desde una confección macrocósmica. Mi apuesta es que, en el futuro, recordaremos esta canción como la primera en muchísimos años donde un artista progresivo popular (en este caso, el más popular) efectúa una composición de 10 minutos donde las texturas y los arreglos importan más que la propia canción. Es incluso una declaración de principios acerca de cómo es ahora la manufacturación de su música. Un espiritual resumen de lo que es el disco. Por eso estará titulada homónimamente, ¿cierto? Un introspectivo crescendo en 6/8 cuyo principal mérito técnico reside en no parecerse a nada de lo que Wilson haya hecho antes.
"Actual Brutal Facts" arranca con un estilo "Second Life Syndrome" que da gusto, poniendo las expectativas altas, pero luego entra un rapeo con unos efectos que a mí me disgustan rotundamente. Opino que extrayendo el canto quedaría una gran canción. ¡Incluso sin ningún instrumento principal que lo reemplace coordinaría mejor! Hasta es un poco decepcionante encontrarse con una canción así luego de un concepto que no paraba de crecer. Seré honesto pues siempre es lo justo: a esta canción no le encuentro ninguna gracia.
Y para terminar este álbum tan particular, llega, como en forma de recompensa, el Steven que a mí más me gusta, el que le canta protestante a la evolución de la tecnología. A mi modo de ver, es definitivamente el acercamiento más cercano a Fear of a Blank Planet en muchos años (siempre respetando los límites de este disco, claro). Unos 10 minutos que simulan ser los últimos esfuerzos y pasos de una búsqueda llena de sentido, con la acompañante voz de Rotem, su esposa, entregando una narración sensible y más que adecuada para sellar otra confesión estoica de Steven en este camino interesantísimo que es su discografía solista.
The Harmony Codex es una realización distópica que busca teletransportar a su oyente a lugares aislados pero no monótonos, sino de máxima intensidad. Algo así como "perderse para encontrarse", solo que en un edificio interminablemente cañoneado y en busca de un ser querido, lo más importante que se puede tener en la vida. Ciertamente, un subidón necesario en la discografía solista de la figura de Porcupine Tree, quien nunca deja de sorprendernos. En mi opinión, este es uno de los álbumes del año.Lista de Temas:
1. Inclination (7:16)
2. What Life Brings (3:39)
3. Economies of Scale (4:18)
4. Impossible Tightrope (10:44)
5. Rock Bottom (4:25)
6. Beautiful Scarecrow (5:21)
7. The Harmony Codex (9:50)
8. Time Is Running Out (3:59)
9. Actual Brutal Facts (5:06)
10. Staircase (9:27)
Tiempo total 64:05
Alineación:
- Steven Wilson / vocals, guitars, keyboards, sampler, bass, percussion, programming
- Ninet Tayeb / lead and backing vocals
- Craig Blundell / drums
- Sam Fogarino / drums
- Adam Holzman / keyboards
- Jack Dangers / keyboards