Still Color Life: Septiembre blanco

Cuando mi hijo pequeño Guillermo era aún más pequeño, encontré un librito para niños sobre la teoría del color, que de manera sencilla y divertida, hablaba a los niños de los colores y sus combinaciones.

Los colores primarios, en forma de gotas de pintura vestidas de señores y señoras, se conocían, se gustaban, se casaban e iban teniendo hijos que daban como resultado nuevos colores. Aunque cuando les tocaba a los colores primarios casarse con los secundarios, dando como resultado un terciario, aquello adquiría cierto tinte incestuoso, gracias a la inocencia y pureza de los niños, no dejaba de ser un cuento entretenido e ilustrativo.

Al final del mismo, en un canto a la filosofía hippy y en un acto apoteósico, todos los colores se unían tipo comuna, y nacía el color blanco, resultado y producto de todos los demás. A pesar de que todo el asunto de los casamientos, amancebamientos y arrejuntamientos de los colores era, cuando menos, un tanto extraño, no dejaba de ser didáctico y hermoso.

El blanco es el color de la pureza, la inocencia, la luz y la paz, y sólo por eso merece ser el color más bello.

Fotografiemos este mes de septiembre still life donde el color blanco sea el protagonista. Espero vuestros trabajos en el grupo de flickr “Still Color Life”.

Al terminar el mes se sorteará entre todos los participantes en el mural un ejemplar del ebook “Historia de una fotografía”, el cual mandaré gustosa al agraciado o agraciada en el sorteo.

Recordad que el blanco no es un color fácil de fotografiar. Estad pendientes del aviso de luces altas en la pequeña pantalla o LCD que se encuentra en la parte trasera de la cámara, y ajustad la exposición a las luces más altas.

Dicen que los esquimales distinguen hasta treinta tipos diferentes de blanco dependiendo de su tono y matiz, lo cual les sirve para sobrevivir y vivir en un mundo blanco como la nieve.

Fotografiemos still life en blanco, y veamos si somos capaces, como los esquimales de distinguir, tantas clases de blanco.