Título original: Aruitemo, Aruitemo
Director: Hirokazu Kore-eda
Guionista: Hirokazu Kore-eda
Intérpretes: Hiroshi Abe
Yui Natsukawa
You
Kazuya Takahashi
Shohei Tanaka
Kirin Kiki
Yoshio Harada
Productores: Yoshihiro Kato
Satoshi Kono
Hijiri Taguchi
Masahiro Yasuda
Fotografía: Yutaka Yamasaki
Música: Gonchichi
Montaje: Hirokazu Kore-eda
Nacionalidad: Japón
Año: 2.008
Duración: 114 minutos
Edad: 7 años
Género: Drama
Distribuidora: Golem Distribución, S. L.
Estreno: 30-07-2.009
DVD Alquiler:
DVD Venta: 23-09-2.009
Página WEB: Ficha completa en IMDb
Web Oficial de la película en España
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube
Calificación:
Crítica: 7,546 Espectadores: 46.195
Vizcaya: 7,779 Recaudación: 281.861,75 €
España: Puntos (Popularidad):
Rugoleor: Ratio de popularidad:
Sinopsis:
Este drama familiar del director japonés Hirokazu Kore-eda transcurre en un día de verano, en el que unos hijos ya adultos visitan a sus ancianos padres, que han vivido durante décadas en la residencia familiar. El hijo y la hija vuelven, junto con sus respectivas familias, para una reunión inusual, con el fin de conmemorar la trágica muerte del hijo mayor, que falleció en accidente quince años atrás. Aunque el caserón y el menú de la madre apenas hayan cambiado con el paso de los años, se aprecian ligeros cambios en cada miembro de la familia. Se trata de una típica familia, donde reinan el amor, los rencores y los secretos. Mezclando el humor y la melancolía, Kore-eda nos relata cuán agradable y engorrosa puede resultar la familia.
Hirokazu Kore-Eda firma este melodrama familiar aclamado por la crítica más exigente, que ha detectado ecos de clásicos de Naruse y Ozu. Nada más clásico, efectivamente, que la visita de un hombre (Hiroshi Abe), y su novia –una divorciada (Yui Natsukawa)-, a sus padres, que no acaban de aprobar su nueva relación. A lo largo de una jornada, se revelan algunos secretos mientras se tensan y destensan las relaciones entre los miembros de una familia contemporánea. Es decir, disfuncional.
Crítica:
04.08.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA
La vida en una taza de té
Exquisito drama de la vida cotidiana japonesa, firmado por el singular autor de la igualmente admirable “Hana”. En “Still Walkig” describe las pequeñas alegrías y tristezas de un sencillo núcleo familiar, cuya acción, serena y elegante, transcurre durante un apacible día de verano, en el que unos hijos ya adultos visitan a sus ancianos padres. El hijo y la hija vuelven, junto con sus respectivas familias, para una reunión inusual: conmemorar la muerte del hijo mayor que falleció en un trágico accidente quince años atrás. Una suave melancolía vertebra las imágenes de esta maravillosa película, que llamó poderosamente la atención -de la crítica, no del jurado- durante su presentación oficial en el Festival de Cine de San Sebastián.
Al tiempo, un delicado sentido del humor se cuela de rondón en el tierno relato, que deja asimismo una sensación agridulce, sobre todo si tenemos en cuenta las insatisfacciones del ser humano, por muy lúcido y generoso que sea. O, tal vez, por culpa de ello. “Still Walking” se convierte así en un retrato al claroscuro de una familia corriente y moliente, donde los recuerdos, los conflictos generacionales y la propia naturaleza humana, marcan la pauta.
Realzado por influencias bien asimiladas de Yasujiro Ozu (“Primavera tardía”), el filme de Kore-eda derrocha sensibilidad y buen gusto a la hora de perfilar toda una serie de estados de ánimo, captados mediante planos medios, sin ningún énfasis, utilizando con sabiduría una cámara distanciada, sin efectismos de ningún tipo, con lo cual la historia sube muchos enteros. Porque aquí, los efectos especiales no están en la parafernalia técnica habitual, sino en los ojos de los actores, en su decantada aproximación a unos personajes preñados de ternura, humanos hasta los zancajos, íntegros a carta cabal. Excelente película, en suma, que tiene al amor salvador como eje motriz de todo el doloroso y profundo relato, que incluye una sed de felicidad, amenazada cruelmente, absurdamente, por el orden del mundo.