Stockholm

Se necesita verdadero talento para lograr grandes diálogos, ya sea en una novela, obra teatral, un guión de cine, o incluso un cómic de superhéroes. En el ámbito cinematográfico encontramos excelentes autores que destacan por poseer una gran habilidad en lo que muchos consideran lo más complicado del proceso de creación de un guión, como pueden ser Quentin Tarantino o Aaron Sorkin. El ingenio y el dinamismo son imprescindibles para atraer al espectador únicamente con los intercambios verbales de sus personajes; en esto es un genio Woody Allen, como sus personajes se solapan entre sí, dudan y tartamudean. Este es el evidente objetivo que se marca el filme español Stockholm, dejándolo muy claro desde su primera escena y, aunque en algunas ocasiones le falta un poco, a rasgos generales lo logra admirablemente.
Un chico conoce a una chica en una fiesta, y nada más verla queda prendado locamente de ella, o eso dice él, ya que ella no termina de creerle. Él luchará por convencerla de una forma muy insistente, llegando incluso a rozar el acoso, hasta lograr que ella ceda y le conceda una oportunidad.
El film se divide en dos partes claramente diferenciadas: la primera es la puramente romántica, en la segunda todo se complica más, pero siempre tomando como base los pulcros y elaborados diálogos escritos por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña. A nivel de guión, los diálogos están excelentemente llevados, y el resultado final de la inmensa mayoría es realmente bueno, pero alguno que otro flaquea un poco, en especial el primero. Tal vez sea en el trabajo de interpretación, o de dirección, pero el intento por lograr la naturalidad y el ritmo habitual de una conversación cotidiana resulta un poco forzado. Dejando a un lado estos momentos más cuestionables, el balance final de Stockholm es plenamente positivo. Dos buenos personajes, complejos, enigmáticos y bien interpretados, para soportar el peso del filme. Atrapa desde el inicio ya que, aunque pueda dar la sensación en algún momento de que es un romance convencional, algo está permanentemente ocultándosenos bajo la superficie, y no tardaremos en adivinar que se  trata de lo que los personajes ocultan. El pulso de Sorogoyen logra cambiar prácticamente de género del film a la mitad con gran agilidad sin perder en ningún momento el interés del público, sino todo lo contrario, atrapándolo aún más. Una cinta hipnótica y muy bien realizada en todos sus aspectos, una verdadera sorpresa.
Avalon edita esta interesantísima película en DVD con buena calidad de imagen y sonido además de un extenso making of que nos ayuda a acercarnos a este magnífico producto patrio.