Revista Cine
Título original: Stoker
Año: 2013
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Director: Park Chan-Wook
Guión: Wentworth Miller
Música: Philip Glass
Fotografía: Chung-hoon Chung
Reparto: Mia Wasikowska, Matthew Goode, Nicole Kidman, Jacki Weaver, Dermot Mulroney, Lucas Till, Ralph Brown, Alden Ehrenreich, Phyllis Somerville, Wendy Keeling, Lauren E. Roman, Tyler von Tagen
Park Chan-Wook traslada su poesía al cine americano.
Podemos decir que los hijos se asemejan a sus padres, esto lo determinan los genes. Si alguien ha nacido para ser futbolista lo acabara siendo, y si alguien nace con el gen de la maldad tarde o temprano lo puede acabar desarrollando. El lirismo del director coreano Park Chan-Wook, queda en este film sobradamente plasmado, reflejado en una evolución totalmente contraria a la lógica. Si superas la adolescencia, lo normal es convertirte en una persona madura, pero volviendo a los genes y en el preciso caso que aquí nos ocupa, lo que sucede tras la adolescencia no es precisamente un camino normal, sino todo lo contrario, es un descenso a los infiernos.
Park Chan-Wook sucumbe en cierta medida a los dictados de una industria como la americana, tanto en la parte positiva, como en la negativa. Él siempre se ha caracterizado por ser un especialista en transmitir sentimientos al espectador sin necesidad de palabras, esto lo hace en Stoker de manera espectacular pero no exenta de riesgo, ya que mostrar al público occidental esta manera de entender el cine no es algo a lo que está acostumbrado, saliendo medianamente bien parado en la batalla.
El culpable de toda esta aventura es Wentworth Miller, destacado actor estadounidense, que tras 8 años preparando el guión, éste acabó en la black list americana, hasta que el afamado director surcoreano la rescató.
Es curioso ver a actores no asiáticos bailar al son de un ritmo al cual no están acostumbrados. Largos silencios, ritmo pausado, en definitiva una manera de rodar totalmente opuesta al cine de Hollywood. El trío protagonista Nicole Kidman, Mia Wasikowska y Matthew Goode consigue plenamente adaptarse a las exigencias, y no sólo eso, si no que logran unas actuaciones estelares y llenas de calidad. En cuanto a los secundarios no destacamos a nadie, puesto que los protagonistas antes mencionados eclipsan a todo el elenco.
India es una adolescente un tanto peculiar. A la muerte inesperada de su padre, recibe la visita de su misterioso tío Charlie que trastoca toda su vida y, sin saberlo, dispara en su interior un resorte que la llevará a descubrir un mundo para ella desconocido.
Hay un dicho que dice que si hay algo que funciona bien, no lo toques. En este caso particular nos referimos a la pareja Park Chan-Wook y Chung-hoon Chung director de fotografía de sus más aclamados títulos, y que en Stoker nos reafirma que este dúo es capaz de crear universos visuales inigualables.
Como parte negativa, decir que el guión final es muy lineal y previsible, carente de sorpresa y un poco repetitivo en cuanto a que cuando la historia parece bastante clara, nos la vuelve a recrear subliminalmente.
El éxito comercial está garantizado y podemos decir que Park Chan-Wook aprueba, no sin dificultad su debut estadounidense. Estamos ante una película de obligada visión para todo amante del cine y sobre todo para los numerosos seguidores del director asiático.
Firma: Korean Bros.