Esta es una de esas cosas que llevo meses queriendo escribir, pero siempre se me han quedado en el tintero. El viernes pasado, en una charla sobre la tecnología de los pañales Dodot a la que acudí gracias a madresfera y que podéis leer aquí, hablando con mi amiga Ángela “pequeboom” salió este tema y gracias a ella me he animado a escribirlo.
Hace muuuchos meses que no uso toallitas húmedas, exactamente desde julio del 2013 cuando leí este post de Mamirami sobre el tema Ya antes no me gustaban demasiado y en casa siempre he preferido el agua y el jabón, pero admito que para la calle siempre llevaba un paquete.
Desde antes de nacer nuestros pequeños nos llenan de muestras de productos que pensamos indispensables para ellos, y las toallitas son uno de ellos. Pero de pronto, te paras a pensarlo, a leer bien todo lo que lleva y algo que parecía una comodidad pasa a convertirse en un peligro potencial para nuestros pequeñines.
Elena, en su post sobre las toallitas tóxicas, hablaba del Phenoxyetanol. Este agente orgánico es bactericida y por ello se suele usar en lociones, cremas, perfumes y productos infantiles. En países como Japón, su uso está prohibido. Puede penetrar a través de la piel y es peor cuando no se aclara, como en las toallitas húmedas. Puede afectar a la reproducción y al desarrollo y no debería ser usado en menores de 3 años. La Agencia Francesa del Medicamento ha solicitado a la Comisión Europea una evaluación de los riesgos asociados a esta sustancia.
No voy a hablar de marcas de toallitas, sólo tenéis que ir a coger un paquete de las que tengáis por casa y echar un vistazo a ver si tienen. Muchas marcas usan este compuesto en sus toallitas. Pero si conseguimos encontrar una marca que no lo use, no podemos estar tranquilos, pues los peligros no terminan ahí. Siguen conteniendo muchos productos químicos dañinos para la salud.
Ftalatos – Compuestos químicos que se usan como disolventes y suavizantes. Pueden ser nocivos para el aparato reproductor masculino y son tóxicos para la reproducción. Los ftalatos son carcinogénicos en seres humanos. Está prohibido su uso en juguetes que se puedan meter en la boca. Pero se siguen usando libremente en cosmética y algunas toallitas húmedas los llevan. Es frecuente encontrarlos con distintos nombres: Ftalato de dibutilo o DBP; Butilbenzil ftalato o BBP; Dimetil ftalato o DMP; Dietilexilo ftalato o DEHP.
Parabenos – Otro de los habituales en muchos productos de cosmética y toallitas. Se usan por sus propiedades bactericidas y fungicidas, y también actúan como conservantes. Se han encontrado parabenos en muestras de tumores de mama, procedentes de desodorantes y cremas, lo que hizo saltar la alarma sobre estos compuestos. Muchas marcas de productos infantiles no usan parabenos y lo promocionan en sus etiquetas, aunque desgraciadamente siguen usando muchos de los otros. Para identificarlos, sólo hay que buscar compuestos que terminen en paraben.
Polietilenglicol – Se usa como disolvente o emulsionante. Puede interferir en el desarrollo y dañar el sistema nervioso. Debido a su alto poder de penetración, se acumula en el corazón, el cerebro y los riñones, creando daños a largo plazo. Se puede encontrar con diversos nombres, como su abreviatura PEG seguida de un número, polioxietileno o como Laureth o Steareth.
No voy a seguir hablando de ingredientes uno por uno porque la lista podría ser interminable. Lo que está claro es que estas sustancias, desgraciadamente, las encontramos en la mayoría de los productos de cosmética. Y los productos infantiles no se libran de ellas.
En mi afán por intentar usar menos químicos, dejé de usar toallitas húmedas. Está claro que en champús y geles siguen estando y que podríamos optar por cosmética natural o casera (cosa que intento). Pero bajo mi punto de vista, el hecho de usar las toallitas y dejar que estas sustancias se queden durante horas secándose en los culitos de nuestros pequeños, me hace verlo de modo más preocupante. Por eso pasé a hacerme mis propias toallitas. Que es de lo más fácil.
Toallitas caseras
Para hacer toallitas caseras, primero tenemos que preparar una loción para humedecerlas. Para ello hervimos un vaso de agua, a la que añadimos un chorrito de aceite de oliva, unas gotas de vinagre para lograr un pH similar al de la piel y unas gotas de jabón líquido biológico o casero. Yo también ponía unas gotas de aceite esencial natural de almendra o limón, para obtener un mejor olor. Y listo, se deja enfriar.
Ahora tenemos que preparar las toallitas. Y podemos hacerlo de dos maneras.
Al principio, usaba un rollo de papel de cocina, uno totalmente blanco y con varias capas, para que fuese más resistente. Como el papel de cocina es grande, cortaba las hojas a la mitad. Se puede cortar el rollo por el centro con un cuchillo bien afilado y quitarle el cartón del centro. Luego lo ponemos en un recipiente grande y lo mojamos con la loción que hemos preparado, lo tapamos bien y listo, ya tenemos toallitas.
Lo malo de esto es que son muchas toallitas y se estropean pronto. Evidentemente, nuestra loción es natural y no lleva ningún tipo de conservante, con lo que en una semana o así se empiezan a estropear, así que es mejor no hacer muchas del tirón, es más sano hacer pocas una vez a la semana. También dependerá de la cantidad que usemos a diario, no es lo mismo un bebé con días que uno de un año, así que tendremos que adaptarnos a las distintas situaciones. También, en vez de hacer medio rollo, podemos coger unas cuantas hojas de papel sueltas, cortarlas a la mitad y plegarlas.
La otra opción, que es la que usaba al final, es usar toallitas de celulosa. Son más suaves y un poco más gorditas que el papel de cocina, y sobre todo, más resistentes. Y salen muy bien de precio. También las cortaba a la mitad, porque son muy grandes. Pero duran lo mismo que las otras, pensad que hay que hacer toallitas una vez a la semana.
Salir a la calle con toallitas caseras es muy sencillo. Podemos poner unas cuantas en un recipiente pequeño con cierre hermético o yo también usaba bolsas de conservación de alimentos con cierre. Ocupan poco espacio y son fáciles de llevar.
Ahora ya no las uso, porque Sara hace meses que no usa pañal, sólo para dormir y por las mañanas cuando se levanta prefiero lavarle el culete con agua.
¿Qué os parecen estas toallitas caseras? Desde luego, una opción más saludable que las toallitas que nos venden por ahí. Mirad los compuestos de las toallitas que tengáis por casa, a ver si encontráis alguna que no lleve tantos productos químicos.