Muchos son los autores que han girado la cámara hacia sí para, en mayor o menor medida, mostrarse ante ella. Martin Scorsese nos contaba su infancia y sus gustos cinematográficos en Mi viaje a Italia, el guionista Charlie Kaufman mostraba una visión distorsionada de sí mismo y de su trabajo en Adaptation: El ladrón de orquídeas, e incluso Alfred Hitchcock se permitía un oscuro acercamiento a sus más oscuros deseos, especialmente, en la obra maestra Vértigo. El mundo personal del artista no tarda en aflorar en su trabajo de una forma más o menos visible; en el caso de Sarah Polley con Stories We Tell la irrupción de su vida personal es absoluta y contundente en su obra.
La actriz y directora Sarah Polley entrevista a los miembros de su familia acerca de su difunta madre para desentrañar un misterio que ha permanecido durante muchos años oculto. Su insistencia conseguirá sacar a flote hasta los secretos mejor guardados.
Podría parecer que roza la prensa amarillista al mostrar casi sin pudor alguno la vida más íntima de su madre, pero no es así. El documental tiene un efecto catártico y purgante en su directora, que necesita contar ese secreto que tanta relación tiene con ella, necesita perdonarlo y asimilarlo restándole importancia. Además de conseguir todo esto, Sarah Polley reconstruye a una persona a través de los comentarios de los que la conocieron, de la misma forma que Scottie modela a Judy Barton para crear a Madeleine, hasta el punto de lograr que el espectador se encariñe con este personaje que acaba cobrando vida. El ritmo del documental es endiabladamente dinámico, todo se desarrolla de una forma muy orgánica, avanzando y retrocediendo en el tiempo según sea necesario para construir un relato perfectamente estructurado. La familia Polley al completo se muestra tan cercana, tan directa que el espectador no tarda en identificarse con ella para lograr rescatar sus propias vivencias familiares del recuerdo. Sorprenden la madurez y la soltura que demuestra su directora en Stories We Tell, un relato contundente y humano, hermoso y emocionante; una voz potente que tiene algo que contar y sabe como hacerlo de una forma maravillosa.
Recientemente Cameo ha editado este excepcional documental exclusivamente en DVD, la edición carece de extras y tiene la suficiente calidad de imagen y sonido que el film exige. Sea como sea, para todo aquél que aún no haya tenido la ocasión de verlo, merece la pena, y mucho.