El Informe Especial Tendencias Consumer Engagement para 2017 elaborado por la consultora Llorente & Cuenca, nos ha chivado un par de claves para el 2017. Entre ellas,
se apunta al storydoing como la tendencia clave en términos de comunicación.
Por tanto, vamos a ver de qué se trata para tenerlo fresquito:
El storydoing consiste en promover la participación activa de sus audiencias para que sean los protagonistas de sus narraciones con el objetivo “enganchar” a sus públicos.
Si lo analizamos un poco, no es más que una evolución lógica del storytelling transmedia que ha estado a la orden del día en los últimos años y que ya pretendía hacer partícipes a los usuarios.
En el storydoing no vale solo con contar historias. Hay que contar historias físicas, hacerlas reales. Unir el entorno físico con el digital a través de historias y llenar al usuario de experiencias.
El informe nos dice lo siguiente:
“Más allá de contar su historias, las marcas tienen que empezar a crearlas. No es algo nuevo, ejemplos históricos como The Creators Project o Red Bull Music Academy, son signos de la efectividad de crear storydoing, experiencias basadas en la aportación de valor para las comunidades.”
“La cuestión no está en dejar de preocuparse por lo que contamos sobre la marca y la mejor manera de contarlo, sino de empezar a preocuparse antes sobre qué hace la marca.”
Pero esto… suena muy abstracto.
¿Cómo lo hago realidad? Veamos algunos ejemplos:
Uno de los pioneros en storydoing fue Red Bull con la campaña Red Bull Stratos. Millones de personas vieron cómo ascendía un hombre en una especie de nave espacial (una cápsula que ascendía gracias a un globo). Tras llegar a una altura desorbitada, el hombre saltó.
La expectación fue máxima hasta que puso los pies en la tierra. Comentarios, vídeos y todo tipo de contenido inundaban las redes sociales por parte de los propios espectadores.
Otras marcas que se adelantaron y ya están haciendo uso de esta técnica son Apple o Starbucks.
El ejemplo más sencillo. En Starbucks no compras un café. No lo pagaríamos a 5 euros si al lado lo tenemos por 1 euro. En Starbucks compramos una experiencia.