Revista Opinión

Suárez, el republicano

Publicado el 26 marzo 2014 por Cronicasbarbaras

En Adolfo Suárez convivieron las dos Españas, una su militancia franquista, otra su origen progresista y republicano, que amalgamó para que no le helaran el corazón aunque ahora corren peligro de desgajarse.

El salto de Adolfo Suárez desde la Falange y el Movimiento franquista hacia el liberalismo con el que legalizó los partidos no violentos y dirigió la Transición a la democracia quizás se explique por su historia familiar.

Su padre, Hipólito Suárez Guerra, militante de Acción Republicana, fue preso por los franquistas, que iban a fusilarlo. Coruñés, era procurador de los tribunales, secretario del Ayuntamiento de Soria cuando se levantó Franco.

Gracias a la amistad de su familia con la del general Martínez Anido, gallega como Franco, logró salvar la vida y quedar con el expediente limpio.

Aprendió también de la familia de su madre, Herminia González Prados, porque al padre de ella, Ricardo González, lo fusilaron los nacionales, antes de que su tío Ricardo muriera en las cárceles franquistas.

Suárez fue como tantos españoles de generaciones cercanas, hijos de cualquier bando, o de matrimonios de rojos y azules, que sobrevivieron bajo el franquismo.

Nunca destruyeron su otro yo y, finalmente, fundieron las dos Españas para erradicar los traumas que marcaron y destruyeron tantas vidas.

No explotó su origen familiar como hizo José Luis Rodríguez Zapatero aireando su abuelo paterno fusilado, pero ocultando que el resto de su familia, incluida la viuda y su propia madre, apoyaban a Franco, y que su padre, hijo del ejecutado, juró fidelidad al Movimiento como decano de los abogados de León.

Nadie debería dar por mala la Transición, como los ultraizquierdistas, los independentistas y el mismo Zapatero, que despreció la amnistía de Suárez y alegremente resucitó las siniestras banderías que provocaron una guerra civil.

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S

Tira Salas 4685


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