La primera en la frente. Agazapados y en la trinchera, aquí estamos esperando los próximos recortes, cuando nos empiezan a llegar los primeros ataques. La vanguardia pepera no ceja en su empeño. Los prolegómenos del día treinta ya nos llegan.
El ministro Soria ha declarado que la luz subirá en abril, entre el cinco y el siete por ciento (ya verán como estará más cerca del siete que del cinco). Muy por encima del IPC (2,4% en 2012), por quinto año consecutivo.
Y es que esto no ha hecho nada más que empezar. A los recortes anunciados, a la subida de impuestos, a la reforma laboral, a lo que llega el día 30, súmenle un 7% de la luz.
Cada día más pobres. A este ritmo la clase media puede durar hasta el próximo apagón. Se la están cargando. Nos están empobreciendo a marchas forzadas.
Y, además, estos pobres gobernantes lo hacen contra su voluntad, sin querer, porque no tienen más remedio. ¡Pobrecillos!, dan pena. ¡Y no querían, oiga…!
Dice que les obliga el Supremo. Ahí tienen ustedes al ministro Soria –ese que quiere sacar petróleo de su tierra, sin importarle las circunstancias—, lamentando tener que subirnos la luz. Y menos mal, que como es hombre de buen corazón, sólo nos la sube el 7%, cuando debería ser el 40% (así lo afirma), para pagar lo que les debemos a las pobres multinacionales eléctricas (24.000 millones de euros, dicen). Unas desgraciadas que apenas han tenido 6341 millones de beneficios en 2011. ¿Cómo es posible? Tengamos piedad.
Ya hablé hace unos días del déficit tarifario, la excusa de la subida. Y es que dicen que esa es la razón. Y nos cuentan una milonga de cuidado. Y si no, vean que bien se explica en este vídeo casero que me pasó el amigo Javi. Vale la pena son sólo cinco minutos: