En los Presupuestos Generales del Estado para el 2014 han subido un 27,9% los fondos destinados a los partidos políticos. En cambio, en Sanidad menguan un 35,6%. Ya saben que, en la primavera del año que viene, hay elecciones europeas, de tal forma que se considera una prioridad la difusión electoral antes que menudencias inoportunas relacionadas con la salud. Como si los tradicionales mítines sirvieran para otra cosa que para jalear a los incondicionales, los empuña banderitas entusiastas y poco dados al desánimo. Un gasto en infraestructuras narcisistas de autobombo y onanismo político.