Recientemente el Gobierno ha subido los impuestos al alcohol y al tabaco (un 5 y un 2,5% respectivamente). La cerveza y el vino se salvan de esta subida de impuestos especiales al ser bebidas de baja graduación y por su relación con el sector hostelero, esencial en la economía española.
El año pasado los impuestos especiales supusieron 7.600 millones de €, según datos de la Administración Tributaria, un 4% del total de los ingresos impositivos. El tabaco contribuye en mayor medida, seguido por las bebidas alcohólicas.
El incremento en el caso de los cigarrillos será del 2,5% y en el tabaco de liar del 6,8%. Se prevé que esta subida de impuestos especiales sobre el alcohol y el tabaco permita conseguir una cantidad extra de 350 millones de euros.
Alrededor del 40% del precio de una bebida alcohólica ya son impuestos, mientras que en el caso del tabaco es aun mayor, casi el 80% del precio final.
¿Cómo afectará esta subida de impuestos a la economía doméstica? Está claro que dependerá del consumo que las familias realicen sobre estos productos. Por ejemplo, el año pasado se vendieron más de 2 millones de cajetillas de tabaco, lo cual supuso un gasto medio por persona de 209€, de los cuales 149€ fueron impuestos.
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