He necesitado superar los cuarenta para aprender a subirme a la mesa. No está mal, muchos se van a la tumba sin aprender. En los tiempos que corren es vital cambiar la perspectiva, es la única forma de entender lo que pasa: las reglas del juego han cambiado para todos.
No estoy hablando de algo nuevo, todos los que hayan subido alguna montaña en sus vidas saben de lo que hablo. Por eso me parece necesario recordar algo tan evidente que en lo personal nos cuesta tanto asumir. No es posible seguir realizando el trabajo de la misma manera, no es posible seguir relaccionándonos con el medio de la misma forma.
Nuestras relaciones con la salud y la enfermedad también precisan un cambio de perspectiva. No podemos seguir obviando el cuidado personal de la salud y delegando el cuidado de la enfermedad únicamente en el sistema sanitario.
Los profesionales de la salud no podemos seguir haciendo las cosas igual que nuestros abuelos. Ya no.
No será una revolución esta vez. Será algo más sutil y lento. Una evolución que genere un cambio de perspectiva, pequeños gestos... subirse a las mesas.