Justo el edificio frontero a este último, cruzando dicho callejón y siguiendo la calle de las Bulas, nos encontramos una antigua casa vecinal, que debió de ser palacio en tiempos y donde se ubicaba el“Museo de Arte Contemporáneo” en Toledo, edificio hoy día cerrado y su museo desaparecido, sin saber su nuevo uso.
Además de la leyenda que envuelve a esta gran casa, denominada “Casa de las cadenas”, la cual ha desaparecido y teniendo que ver tal como se trataba al mundo judío después de la expulsión en 1492. Este edificio es contenedor de grandes galerías subterráneas.
Al fondo de una de ellas se encuentra un posible aljibe, otro más de los muchos que hay en Toledo, aunque quizás sean los restos de una de las cloacas romanas, de la red que conducía el agua desde un depósito alto en una colina como la que acabamos de nombrar, repartiéndola hacía los distintos barrios de esta parte de la ciudad.
Comenzamos ya con estos tres vestigios a darnos cuenta de la importancia que tenían estas zonas bajas, sobre todo en los barrios de la judería, por su amplitud, su longitud, pero sobre todo por su discreción, con lo que comenzamos a captar lo profundo de su sentido oculto y misterioso.
Estos son unos de los muchos que debe de haber en todo el entorno de este barrio alto, donde debían de vivir los judíos más ricos y poderosos, lógicamente a más altura que los judíos de a píe, por tal motivo bajamos por “la Cava” hacia la Travesía del Arquillo, para pasar al otro barrio más bajo, usado también por los hebreos.
Justo antes de salir a la esta judería intermedia, observaremos una pared de ladrillo, correspondiente a un solar donde debió de ubicarse una sinagoga, una de las diez que atesoró la ciudad de Toledoth. Enfrente, en la calle Reyes Católicos, vemos el torreón de un suntuoso edificio, que corresponde al “Palacete de Linares”, dedicado a las piezas de anticuario.
Al hacer la nueva obra de este edificio, con sabor típicamente toledano a principios del siglo pasado, se respetaron las galerías subterráneas que aparecieron al hacer sus cimientos, observando que además de lo que se ve, estas son conducentes al solar antes citado, pero también hacia los sótanos del edificio frontero, que corresponde con el museode la “Escuela de Artes y Oficios” toledana.
Al entrar en dicho palacio, veremos que este se encuentra repleto de obras de arte, sobre todo antiguas. Bajaremos por una escalera a sus estancias bajas, llegando a una especie de cocina, donde se abren más galerías, todas ellas repletas de objetos y utensilios, como si de un museo etnográfico se tratara, observando que desde la estancia más larga, se pasa a otras más pequeñas.
Quizás observando los tragaluces o respiraderos de los mismos, podamos llegar a la conclusión, de que aquí hubo un baño hebreo o “micvá” ritual, al estar tan cerca o pertenecer a una sinagoga, pues la limpieza tanto corporal, como espiritual de aquellos arcaicos tiempos, jugaba un papel fundamental para los judíos.
Así de importante es este vestigio del pasado, ayudándonos en parte a descifrar las claves a las que quiero llegar, con respecto al misterio que esconden estos subterráneos desde hace tiempo.
Precisamente por la cantidad y la calidad de estos antros que deben de acumular saberes e historias, guardianes de una tradición que dio vida, respeto, tolerancia y humanidad a una ciudad tan enigmática como es Toledo.
Lugar mítico por excelencia, aunque siempre callado secretamente, sin ningún ruido de fondo, solo roto por la fama dada sobre él desde Centroeuropa, pues se decía que aquí se venía a estudiar a los demonios, aunque este lugar había proyectado por medio de sus traductores, una gran cantidad de estudios en todas las ciencias, aún las más sorprendentes, proyectándolos sin ningún complejo hacia aquellas regiones.
Autor: A. Vega. 2010.
Fuentes:
http://eltoledoescondido.wordpress.com/subterraneos-secretos/3%C2%BA-vestigio/
http://eltoledoescondido.wordpress.com/subterraneos-secretos/4%C2%BA-vestigio/
Revista Cultura y Ocio
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