Deseando estoy adelantarme en el tiempo y comprobar como un juez sentencia que la Sra. Bachelot debe pagar a Rafa Nadal un dineral por sus injurias y calumnias. Pero claro, su misión está más que cumplida, manchar al mejor deportista español de todos los tiempos y sembrar dudas sobre sus éxitos.
Sra. Bachelot, ex-ministra de Deportes y Sanidad en el que fue gobierno del Sr. Sarkozy, entiendo que usted, con el beneplácito y la complicidad de mucha otra gente de su país, sienta una sobredosis de envidia cada vez que uno de los nuestros alce los brazos en los Campos Elíseos, también puedo llegar a entender que debe hacer lo que sea para detener tanto éxito de los deportistas españoles en sus morros. No se preocupe porque la justicia hará que se tenga que lavar su sucia lengua con lejía para siquiera poder mencionar el nombre de Nadal.
Pero voy un poco más lejos, como aquí en España solemos ser más respetuosos con los logros de los demás, le recuerdo, por si su envidia se llegó a transformar en ceguera y amnesia, que mientras su mandato la Selección Francesa de Fútbol acudió al Mundial 2010 en Suráfrica, que por cierto, le recuerdo, ganó España, de la forma más antideportiva posible. ¿Recuerda aquella jugada que se lleva el balón con la mano Henry en la prórroga del partido de repesca Francia-Irlanda, dándoos la victoria 2-1 y la clasificación con el movimiento reflejo del árbitro para el otro lado?
Para acusar hay que tener pruebas y no sembrar dudas ni manchar el nombre de nadie, mucho menos de alguien a quien debierais poner un monumento junto a la Torre Eiffel.