El pasado lunes pudimos disfrutar en la Sexta de esta original y curiosa película, que yo no había visto, y de la que había escuchado opiniones bastante variadas, tanto negativas como positivas. Pero nada como ver y juzgar por ti mismo lo que tienes entre manos. Sucker Punch, ambientada en los años 50, narra la historia de Babydoll,(Emily Browning) una joven que, tras la muerte de su madre, se convierte, junto con su hermana, y para desgracia de ambas, en la heredera de la gran fortuna. Digo para desgracia ya que su padrastro hará todo lo posible para impedirlo, y, tras un desgraciado incidente, tendrá la excusa perfecta para internar a la joven en un lúgubre psiquiátrico, y paga una buena cantidad para que se le aplique un método que, hasta esa época, desafortunadamente, estaba muy de moda en la psiquiatría y el tratamiento de las enfermedades mentales. Estamos hablando de la lobotomía, una cirugía agresiva del cerebro que en realidad, se ha practicado de muchas maneras durante siglos, y que entonces se vendía para la panacea, incluida como cura para cosas que ni siquiera son una enfermedad, como la homosexualidad, por ejemplo, o en el caso de Baby Doll, su simple rebeldía y hostilidad hacía un padrastro que ha demostrado ser un grave peligro para ella. ¿Qué mejor forma de quitarla del en medio? En realidad, la joven no padece ninguna enfermedad mental, solo una situación límite, insostenible para ella, que la ha llevado a volverse agresiva tanto con los demás como consigo misma, puesto que ha intentado el suicidio en varias ocasiones. Pero es el padrastro el principal responsable de su estado mental y emocional alterado. En el hospital, Babydoll recurrirá al arma más poderosa de que dispone, su imaginación, y a su amistad y alianza con otras internas, para sobrevivir y salir de allí. Zach Snyder nos brinda una historia llena de fantasía y fuerza, en la que la imaginación se convierte en el mejor instrumento de una joven para luchar por su libertad, y conservar su dignidad.
La narración de la película esta realizada en distintos marcos y niveles, en los cuáles nos vamos moviendo: Babydoll se encuentra en el psiquiátrico, y desde allí, imagina de entrada una realidad diferente. En ese nuevo mundo, ella es una bailarina y prostituta recién llegada a un burdel, donde se encuentran las otras chicas con quienes entabla amistad (las hermanas Sweet Pea y Rocket, Amber y Blondie) La doctora Vera Gorsky es madame Gorsky, la instructora de baile de las chicas en el burdel, y Blue Jones, el enfermero compinchado con el padre de Babydoll para practicarle la lobotomía es un mafioso dueño del local. La virginidad de la joven va a ser vendida a un cliente conocido como el "Gran Apostador", y solo dispone de cinco días para escapar, los mismos de los que dispone para huir del hospital antes de que llegue el médico que practicará la cirugía. Tras realizar su primer baile erótico, Babydoll huye a un nivel inconsciente aún más profundo, un mundo distinto, una nueva realidad, que es donde tendrán lugar las escenas de acción de la película. En esa primera visión, en un templo al más puro estilo del Japón feudal, un Hombre Sabio le revela que para escapar, necesitará cinco objetos: un mapa (para encontrar el camino) un fuego (para crear una distracción) un cuchillo (para defenderse) una llave hacía su libertad, y un último elemento, desconocido y misterioso, que habrá de encontrar por sí misma. Así pues, es la propia Babydoll la que habrá de luchar por huir, y encontrar dentro de sí misma el valor y los medios para perpetrar la huida, cosa que se resume maravillosamente en la frase "tienes todas las armas que necesitas... ¡¡ahora, lucha!!". De regreso a la realidad del burdel, Baydoll logra reclutar la ayuda de las demás jóvenes. Desde ese punto, ellas le acompañarán al nivel más profundo, donde librarán las batallas, representando cada parte de su plan para obtener cada uno de los objetos necesarios para la fuga. Se infiltrarán en un campamento alemán nazi en plena Segunda Guerra mundial para obtener el mapa, asaltarán un castillo lleno de monstruos y dragones para poder obtener el encendedor, y lucharán contra terrible robots para poder llegar hasta el cuchillo y la llave. En todas esas aventuras, el Hombre Sabio aparecerá de nuevo junto a las chicas, ayudándolas y guiándolas en cada misión. Estos hechos y sus consecuencias se irán reflejando en los demás niveles de la realidad, primero, en el del burdel, y finalmente, en la auténtica realidad del sórdido hospital. Cuando regresamos a ella, conocemos las terribles consecuencias del plan de Babydoll, y cómo ella finalmente ha comprendido que ese último elemento necesario para obtener su libertad, para poder vivir en paz consigo misma y conservar esa dignidad que su padrastro trataba de arrebatarle, era en realidad un gran sacrificio que ella debía hacer. Pero naturalmente, para los que no hayáis visto la película, no revelo lo que sucede, ni cuál es ese sacrificio y sus consecuencias, con las que la joven protagonista tendrá que convivir el resto de su vida.
Si hay dos cosas que destacaría de la película, son, primero, su sorprendente estética, muy potente y visual. La introducción no pudo recordarme más a un cómic, rápida, concisa, emocional, y con planos que nos traen reminiscencias artísticas de viñetas de comics de Allan Moore o Frank Miller. Y por supuesto, en las secuencias de acción, en el más profundo mundo inconsciente de fantasía de Babydoll, nos encontramos imágenes rápidas e impresionantes, y planos dignos del mejor videojuego de aventuras, en el que, más que viendo una película, tienes la sensación de estar manejando a un personaje en un juego. Esto puedo echar para atrás a los amantes de un cine más de diálogos, más lento, tranquilo y pausado. Pero para bien o para mal, vivimos en el mundo de lo audiovisual, y si este tipo de recursos se usan bien, como es el caso, pueden ser una auténtica delicia, y muy divertidos y originales. Lo segundo que destaco es la profundidad del mensaje. Estamos ante la historia de una joven que, llevada al límite de lo que su cuerpo y su mente pueden tolerar, se refugia en su fantasía, donde, lejos de evadirse de una dura realidad, encuentra la mejor arma, y la fuerza y el valor que necesita para salir de ahí y defenderse de alguna manera. Esto no deja de tener reminiscencias de una clásica Bildungsroman, una historia donde se nos narra el camino de una persona joven hacía la madurez, a base de mucha lucha, esfuerzo, decepciones, éxitos y sacrificios. Solo que Baydoll emprenderá ese camino desde el más profundo interior de su mente, donde se sumerge en un mundo de fantasía digno del clásico de Lewis Carroll Alicia en el País de las Maravillas. Ya sabemos que la historia de Alicia entraña una profunda reflexión sobre el crecimiento personal, y la psicología, lo analizamos en la reseña de la más reciente versión de Disney hecha por Tim Burton, aquí en el blog. Casi podemos considerar que Sucker Punch es la versión moderna, cañera y siglo XXI del clásico de Alicia al que tantas versiones y críticas se le han sacado (incluidas algunas lecturas relacionadas con la enfermedad mental y las drogas, no lo olvidemos) De modo que creo que hay que tener muy en cuenta la referencia a Alicia y Lewis Carroll a la hora de analizar la película. Otros dos detalles importantes son, de un lado, el reparto enteramente femenino, en el que, además de su protagonista (una elección ideal con su delicada belleza de heroína de videojuego, y su combinación de fuerza y fragilidad) destaca una actriz ahora en alza como Jenna Malon, y todas las chicas están realmente estupendas en sus papeles (Zach Snyder escogió un reparto totalmente femenino puesto que ya había trabajado con uno principalmente masculino en 300) y de otro lado, una fabulosa banda sonora, con temas potentes de rock, que acompaña maravillosamente a la historia, y transmite toda la fuerza y emoción de la misma. En ese aspecto, el de su banda sonora, me ha recordado bastante a Watchmen, y el tema de los distintos niveles de realidad y fantasía nos remite a una excelente película de gran éxito como es Origen, solo que esta se relaciona más con la ciencia y las matemáticas que con la psicología y la literatura como la que reseñamos hoy.
En definitiva, creo que estamos ante una peli muy pero que muy recomendable, que se puede disfrutar a muchos niveles distintos, ya sea por su acción, su estética rompedora y visual de cómic y videojuego, o el profundo mensaje que manda. Nuestra mente, nuestra imaginación, encierra el asombroso poder de crear un mundo donde podamos encontrar lo más profundo de nosotros mismos, encontrar nuestra fuerza y el valor no ya para soportar nuestra realidad, sino para cambiarla. Por eso son tan importantes en este mundo la imaginación, el arte y la creatividad, por muy poco que sean apreciados. Os dejo con algunos temas de la banda sonora de Sucker Punch, algunos interpretados por la propia protagonista, Emily Browning, para que podáis disfrutarlos. ¡¡Nos vemos pronto!!