Un hombre ante un panel electrónico con la cotización bursátil de Tokio este 26 de febrero de 2013.
(©AFP)
Los mercados financieros mundiales sintieron pánico este martes por la mañana ante uno de los peores escenarios políticos en Italia, el de un país potencialmente ingobernable que ha vuelto a despertar el espectro de la pesadilla en la zona euro.
“Non habemus majoritate”, bromeaba Bruno Cavalier, economista de Oddo Equities en referencia a la actualidad vaticana, también rica en confusión.
Desvanecidas las últimas esperanzas de que la izquierda italiana pueda tener mayoría en el Senado con el apoyo del movimiento de Mario Monti, la reacción no se hizo esperar y las Bolsas se hundieron en la apertura, en particular Milán que caía más del 4,5% a media jornada.
París, Fráncfort, Londres, Madrid y Bruselas caían en torno al 1,5% a media mañana. Wall Street y Tokio cerraron con un repliegue de 1,55% y 2,26%, respectivamente.
El euro también caía ante el dólar y el yen y los intereses de la deuda italiana y española subían en el mercado de la deuda.
Además, el barril de crudo Brent del mar del Norte para entrega en abril perdía 1,20 dólares a 113,24 en el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres.
En España, otro país en dificultades en la zona euro, el ministro de Economía del Gobierno, Luis de Guindos, admitió que el riesgo de inestabilidad política resultante de las elecciones en Italia tiene un efecto de contagio en los mercados, pero espera que sea de “corto plazo”. “Lo que es bueno para Italia es bueno para España”, dijo, antes de agregar que está “convencido de que la voluntad política” para “sacar a Europa de la crisis va a prevalecer”.
Los mercados financieros, que todavía el lunes esperaban que pudiera salir una alianza favorable a las reformas formada por el dirigente del centro izquierda Pier Luigi Bersani y el presidente del Consejo saliente, Mario Monti, la opción más “market friendly” (favorable a los mercados), según ellos, han recibido un jarro de agua fría.
No solo una alianza de estos dos políticos sería insuficiente para conseguir la mayoría en el Senado, sino que la reaparición de su bestia negra, Silvio Berlusconi, y la espectacular subida del movimiento del ex cómico Beppe Grillo han conseguido la “tormenta perfecta”, constata amargamente el diario económico Sole 24 Ore.
De ahí la reacción de las Bolsas, cuya duración es difícil de prever porque no hay solución a la vista. “Los actores del mercado van a estar en vilo dado que las elecciones italianas han ofrecido el peor resultado posible”, constatan los economistas del banco Commerzbank.
“La inestabilidad política va a proseguir probablemente a corto plazo y desacelerar la ejecución de las reformas estructurales necesarias, a menos que se forme una gran coalición entre el (Partido Demócrata), el PDL (partido de Silvio Berlusconi) y el centro (de Mario Monti)”, dicen sus homólogos de Barclays.
“Italia no puede permitirse permanecer mucho tiempo en un bloqueo político. Si esta situación se prolonga y los partidos no logran ponerse de acuerdo sobre una gran coalición, la probabilidad de que Italia necesite un rescate aumentará”, prosiguen, aunque advierten que una eventual nueva elección es la peor de las soluciones a ojos del mercado porque se necesita tiempo y la incertidumbre se prolonga.
Además del peligro de que las agencias de calificación vuelvan a rebajar su nota y de que se interrumpan las reformas, una Italia sin timón podría hacer que los presupuestos se desborden, dice otro experto.
Algunos se preguntan si Italia puede representar un riesgo para el conjunto de la zona euro. “Tenemos que recordar por qué Italia es tan importante para la supervivencia del euro. Silvio Berlusconi fue expulsado hace dos años y reemplazado por el tecnócrata Mario Monti, cuyo único objetivo era reformar el país. No lo ha conseguido, con excepción de algunos retoques fiscales, por lo que Italia, junto con su gigantesca deuda, sigue siendo una bomba de tiempo en el corazón de la zona euro”, dicen los expertos de la empresa Capital Spreads.
“La ejecución de las reformas institucionales mayoritarias, sobre todo la Unión Bancaria, habría sido muy difícil, pero lograrlo con gobiernos débiles, distraídos y con poca legitimidad lo será todavía más. En la situación actual, un gobierno italiano débil será un peso más para el pasivo de Europa”, advierten los analistas de UBS.