Seguro hay gente que sueña con un paraíso utópico feminista, un país tan igualitario que el feminismo se encuentre en todo el centro de la política y aplique la perspectiva de género de colosal manera que hasta la forma de pasar la quitanieves en invierno tenga que ser feminista; Damas y caballeros, un lugar como Suecia.
El país que muchos políticos con ideologías utópicas ponen como ejemplo debido a que se saben vender como una nación que se ha hecho rica gracias al socialismo y al predicar la paz. A los suecos les encanta como dijo un comediante nativo: ser vistos como una súper potencia moral… que luego continuó diciendo; esto es hipocresía… Suecia se convirtió en uno de los países más ricos del mundo por permanecer fuera de dos guerras mundiales y vender armas a los dos bandos.
Un país pequeño, con apenas diez millones de habitantes cuenta ahora también con casi sesenta NO GO ZONES debido a la gran oleada de personas provenientes mayormente de África como inmigrantes, gente que en su gran mayoría no se adapta al país de acogida sino que forman guettos criminales, pero para no quedar como un estado racista, en lugar de reconocer que tienen un grave problema prefieren culpar a la Alt Right por supuestamente inventar la existencia de estos guettos en una conspiración para desacreditar y criminalizar la inmigración.
Parte importante al parecer de ser un país con un gobierno orgullosamente feminista es la importación de violadores para que aunque parezca paradoja, ultrajen a las mujeres locales como ha venido sucediendo en los festivales de música y balnearios desde 2014; la policía ha revelado que el 80% de las agresiones sexuales son perpetradas por inmigrantes y los crímenes de abusos sexuales siguen incrementando de forma severa pero como eso de abusadores sexuales inmigrantes se oye feo en Suecia, el gobierno feminista decidió que la mejor medida era no describir a los criminales para no sonar racistas, ni xenófobos y mucho menos islamofobos.
Las niñas de doce años son abusadas a plena luz del día por lo que ellas describen como hombres extranjeros que no hablan sueco, la policía aconseja a las mujeres que no caminen solas, las niñas tienen que compartir el autobús escolar con inmigrantes adultos, lo que ha dado como resultado varios casos de acoso sexual.
Para solucionar el problema del autobús escolar, lo mejor no es deportar a los inmigrantes con serias conductas relacionadas con el acoso sexual y la violación, sino simplemente conseguir otro autobús para que viajen por separado. Cuando hay casos de acoso sexual en la escuela o la universidad por parte de los inmigrantes la deportación no es posible, lo mejor es cambiar los horarios porque lo importante no es que se respete al ciudadano sueco y mucho menos admitir la entrada al país preferiblemente a gente que sabrá integrarse y aportar un bien a la nación, lo importante es ser una súper potencia moral ante el resto del mundo.
Una de las cosas más peculiares del primer gobierno feminista en la historia, y del que tanto alardean por ejemplo el primer ministro y la ministro de igualdad es el sacrificio constante de mujeres jóvenes que prácticamente son puestas en las manos de una gran cantidad de abusadores sexuales provenientes de otro continente. Es interesante por demás que el gobierno feminista se dedica a proteger a los violadores y a dejar a su suerte a las propias mujeres de su país.
Se piensa erróneamente que en la actualidad feminismo y femenino tienen que ver pero la verdad es que ambos son realidades opuestas; el feminismo actual a quien más perjudica es a la mujer.
Los terroristas hablan de un paraíso utópico en el que no importa el daño que hagas siempre eres recompensado con vírgenes rubias hermosas, mujeres que ni siquiera hay que conquistar con galanterías ni citas sino que el gobierno las provee para que las uses como un trapo. Esto es algo que solo puede pasar en el edén del feminismo moderno, un gobierno que se vende como uno al que todos deben seguir como ejemplo para la igualdad de género.
¿Cuál es el ejemplo que nos da Suecia? Ignorar los problemas y sonreír fingiendo que todo está perfecto, en otras palabras: ser un grupillo de políticos que no saben hacerse responsable de sus decisiones y que sacrifican a su propia gente para quedar bien ellos.
La banda de new folk Mumford and sons (entre otras) se negó a asistir a uno de estos festivales de música en Suecia debido justamente a la gran cantidad de asaltos sexuales llevados a cabo por inmigrantes en manada usando como táctica el arrinconar a las víctimas entre varios, las rodean en círculos mientras dentro del circulo otros las agreden sexualmente todo mientras las bandas tocan en el escenario. Las denuncias vienen una tras otra pero el gobierno feminista los encubre para no caer en el terreno de la islamofobia y el nazismo.
Hanif Bali, miembro del parlamento sueco y nacido en Irak llama a poner límites a la inmigración y por ello es llamado nazi o Doctor Mengele por los mismos políticos y los periódicos del país, esto mientras se les ofrecen casas a los miembros del Isis para que vuelvan a ondear la bandera que más promueve el odio en todo el mundo, porque es crimen de odio que la policía describa a un criminal pero no lo es ondear la bandera de aquellos que odian a todo el que no pertenezca al Isis.
Con esta situación incluso un partido político de anti-inmigración está ganando seguidores y es que quienes más sufren con las políticas actuales del estado feminista son los suecos. Ahora, un partido totalmente anti-inmigración es uno que podría negar el derecho al refugio lo que sería una respuesta extrema al extremismo con el que opera el gobierno hasta el momento y todos sabemos que los extremos no son buenos. El problema en Suecia es el riesgo que corren tanto los suecos como los valores occidentales debido no a la inmigración como tal, sino a la inmigración desmedida y descontrolada impulsada por la corrección política y las ansias de ser una súper potencia moral basada en la hipocresía y en el sacrificio de los ciudadanos, principalmente las mujeres jóvenes.