Esclavo de la limpieza y delicado a los roces, el suelo blanco atrae y es odiado por igual. La mayoría pensamos que da una gran amplitud al fundirse con el color del techo y las paredes y dejando todo el protagonismo a la decoración y al mobiliario, pero el tener que pasar la aspiradora en profundidad a diario y caminar siempre descalzo sobre él, no lo hacen el suelo más práctico cuando en la vivienda vive más de una persona o niños. Es una forma barata sin embargo de renovar un suelo de madera malgastado por los años, tanto con tintes, como con barnices.
En este piso el suelo blanco multiplica el espacio, refleja en todos los rincones la luz natural y está integrado perfectamente en una decoración blanca y negra de estilo nórdico. Es esclavo de la limpieza, si, pero hace unas fotos de interiores preciosas :) ¡Feliz lunes!
Vía: vision