Es una de las tendencias de los últimos años, el ladrillo visto en interiores, rescatado en una reforma o instalado a propósito en obra nueva, parece no abandonarnos una temporada más.
Tengo sentimientos encontrados con el ladrillo visto como revestimiento de interiores. A pesar de que me gusta mucho en el conjunto de una decoración nórdico-vintage-industrial, creo que jamás lo elegiría para mi casa. Me gusta la estética, pero no me gusta el tacto y el mantenimiento para mi vida diaria. Me imagino que será rugoso y que cogerá polvo y siempre lo descartaría por esos motivos para una pared o como aquí, también para un suelo.
Seguramente en esta cocina se han ‘pasado un poquillo’ rescatando la pared original, porque de ser de ladrillo visto pasa a a ser una pared completamente rota con desconchones y agujeros :O.
Se salva, que el comedor tan blanquito junto a la ventana es muy apetecible y que la cocina blanca, con encimera de madera y esas baldosas de teselas con el aparador volado enfrente, son una monería… lo que os digo, en el conjunto la pared de ladrillo visto se salva y me gusta el contraste, pero yo jamás la tendría así. ¿Qué pensáis vosotros? ¡feliz jueves!
Vía: Stadshem