Revista Cultura y Ocio

Suenan las sirenas.

Por Lanebulosa

Suenan las sirenas.
Suenan las sirenas.       Debo buscar razones que justifiquen mi quietud, mi nada más al viento, como los molinos ramell en Sa Pobla empujados por una flecha… dejados de lo que una vez fueron al capricho del aire: Gris donde las palas lucieron fuertes de color …y ahora solo chirridos y quejas. A eso de andar olvide la salida y perdí el destino, y encontré a cambio de todo tanto que apenas nada… Resignado de rifas y entregado a la contemplación y al embeleso; cuento estos días en Linares-Baeza de una en una las traviesas de la vía, escucho los trenes que arrancan y en los que a nadie despido; cuatro millones de pares… Pisan las maderas raíles cobardes que escapan afines en el horizonte, adonde mis ojos operados ya no distinguen… Como un trompetista bizco con la cara hinchada… quedo allí sentao oliendo la grasa… viéndolo pasar.Esta carta me llegó hoy, yo que nunca recibo… voy a tratar de leerla:                                                                        Palacio de las moredas 21 de agosto del 2014   Señor Buendía, a usted que fue solo un rato toda mi vida, y que sin entender por qué no lo he olvidado. Quisiera pedirle que se retire, que sin causticidad entienda, deseo… usted deje de vivir, que muera. Pues debe saber que es de grabe molestia para mí su presencia, incluso de oídas la certeza de su existencia… tan larga y aburrida: En el olvido, en el recuerdo y en el reencuentro... Señor; solo sus deleitosas torpezas provocaron en mi corazón estas profundas heridas; todas: Sus obsesiones, desabrimiento, ambigüedades y subjetivismos, exasperación... desasosiegos. Mi querido Fernando de mi desaparezca, sin que malentienda mi gusto espero, pues solo quisiera no volver a necesitarlo… y no encuentro otro remedio que su inexistencia. Para lograr de esta manera recuperar el aliento y volver a dormir con tranquilidad no más que hasta el amanecer reposada, y esperar cada día el desayuno descuidada en la cama. Sepa de mi malestar, del daño y las molestias en los años deferidas, del runm runm en mi cabeza incesante hasta romper en la locura; y del perjuicio por el lucro cesante de no haber aprovechado el tiempo con otro más elemental.   Entérese también, usted sepa, que especialmente la casa se me hace insoportable en las tardes que asomada a la ventana miro hacia la esquina del antiguo hospital de piedra cuando por un casual señor, con su aire desgarbado por allí pasa, decaída caricatura de lo que antes fue, si recuerdo su fina estampa. Y con las manos apretadas a la pequeña baranda, trato de cerrar los ojos para no ver… y usted inexcusable pasa.   Sin más me despido, sin nada, sin quererlo… sin poder ¡ansiado olvido¡                                                                                             Genoveva De María .       No sé de quien vino ni debo... pero el tiempo huye… he leído en esta carta hacia atrás de mí… Somos el punto de fuga de todas las perspectivas; el tiempo es una ilusión al final de cada arista… atrás ahora. Olvida si puedes que existimos y recuerda que en realidad na fuimos… que solo soñamos… Pero si has de imaginarme, imagíname siempre al acecho querida.© f. buendía.

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