Hace unos días, que paseaba nuevamente por la FIL, me fijaba en cuáles eran los stands con más gente (normalmente ahí es más fácil robar) y me pareció (digo, me pareció) que en algunos casos, lo que la gente más compra son cómics, libros "infantiles", "juveniles" o de autoayuda es decir lo que se supone que, para muchos, no son "verdadera literatura".
¿Qué es lo "verdadero", lo "real"? Se supone que lo contrario a lo natural es lo artificial ¿Cuál es la "verdadera" literatura? ¿Existe algo así como "falsa literatura"? Y es que tantas veces, he escuchado que ciertos libros no son "verdadera literatura" que quizás la pregunta no esté de más. Desde la autoayuda más monse hasta huevadas pseudo juveniles tipo Crepúsculo, pasando por Harry Potter, El Código Da Vinci, e incluso autores como Isabel Allende, hay muchos libros y géneros que han pasado por el maleteo de lo que divide lo artístico de lo que no lo es.
Sospecho que algo así pasa (o pasó) con la ciencia ficción. Por estas tierras es un género tan, pero tan marginal que creo que para los críticos ni vale la pena atacarlo. Supongo que yo también he caido en esta especie de prejuicio que se le tiene a veces a la literatura de género, pues he leído casi nada de ciencia ficción, lo que es extraño porque me encantan las películas de este tipo. Y fue quizás un clásico de la ciencia ficción que leí hace poco lo que hizo surgir algunas de las interrogantes anteriores: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick, conocida también por la película Blade runner.
Me pareció una novela espectacular, con muchos temas que funcionan a varios niveles. Y además es entretenida, pues engancha al lector que quiere saber si el protagonista sobrevivirá a su mortífera misión.
Sobre los temas, hay muchos como lo natural vs. lo artificial, la religión, y otros que pueden leer en la entrada de wikipedia. Para mí el tema principal es uno: la identidad. ¿eran idénticas Pris Stratton y (spoiler) por ser androides del mismo modelo, marca y de idéntico físico? ¿eran distintas por sus "vidas" casi opuestas(si se puede hablar de vida en un androide)? ¿O eran distintas solo desde el punto de vista del protagonista? ¿Era Deckard más humano por poder sentir piedad, incluso por un androide? ¿O lo era Phil Resch que, muy a su manera, valoraba más lo "realmente humano" y no sentía remordimientos de matar androides, a pesar de su casi humanidad? ¿Y que tan humano era J. R. Isidore, que no tenía las capacidades ni físicas ni intelectuales de una persona común (de hecho los androides tenían muchas más capacidades que él, que había nacido humano)?
Todas estas dudas que atraviesan el libro no hacen más que confundirnos respecto a lo verdadero de lo que no lo es, incluso desde otras facetas más allá de lo humano/androide. Por ejemplo, el animador de un programa de TV que aparece en la novela, el "amigo Buster", trabaja en la pantalla 23 horas al día. Muy al margen de lo sospechoso que puede ser un programa así (es casi seguro que el animador también sea androide), lo paradójico es que en este espacio se critica a la religión del mundo creado por Dick: el mesmerismo. Lo curioso es que se le critica de ser un fraude cuando, ya no diremos el programa de TV, sino toda la sociedad de ese futuro distópico del libro es tan o más artificial que la religión cuestionada. Un poco como lo que pasa en la actualidad.
Otro punto es lo relacionado con el amor, quizás lo más difícil de distinguir cuando es verdadero y que, además, los científicos hasta ahora no pueden determinar si es algo natural (biológico) o articial (cultural).¿Deckard ama a su esposa? Al comienzo pareciera que no, ella lo desprecia por su profesión y no le hace caso. Luego que el protagonista conoce a Rachael esto parece agudizarse, pero al final creo que es al revés: la esposa sí tiene empatía con Deckard, por eso busca respuestas (o mejor dicho sentimientos) en la consola del "órgano de ánimos" (aparato futurista para experimentar sensaciones), mientras Deckard solo piensa y piensa en él mismo, en el mundo, en los androides, en todo menos en su esposa.
Para no hacerme tantas bolas, dejo las interrogantes y prosigo con mi lectura de El gaucho insufrible. Roberto Bolaño dice: "No hay que leer ni mucho menos releer los libros de los cuales se hacen películas". Ahí disiento y tengo que decir que no dejen de leer la novela de Dick solo porque ya vieron Blade Runner. La película es más cercana al film noir, oscura, sórdida y deprimente, sin dos elementos clave de la novela: la familia y la religión (en la película, Deckard es divorciado). Además se hace más hincapié en lo futurista. En el libro, es puro decorado. ¿Qué diferencia habría para la historia si hubieran teléfonos en vez de videoteléfonos? ¿O que los autos circulen por la pista y no vuelen? Ninguna. Curiosamente, el libro me pareció mas emocionante que el film y con más acción (Blade Runner empieza un poco lento).
Supongo que más adelante me bajaré el comic de Blade Runner. Lástima que no sea literatura. Para compensar, espero leer Lágrimas en la lluvia de Rosa Montero, novela que -por lo que he escuchado- está muy relacionada con lo planteado por Dick. Dejo un rato de escribir. Sigo con El gaucho insufrible que concluye con estas líneas: "En el folletón está la salvación del lector (y de paso, de la industria editorial). Quién nos lo iba a decir. Mucho presumir de Proust, mucho estudiar las páginas de Joyce que cuelgan de un alambre, y la respuesta estaba en el folletón. Ay, el folletón. Pero somos malos para la cama y probablemente volveremos a meter la pata. Todo lleva a pensar que esto no tiene salida". Quien sabe, de repente, esta vez Bolaño tiene razón.