Revista Diario
-¿Qué es para ti un libro? La pregunta le pilló desprevenido en la cocina. Había bajado para prepararle un zumo de naranja, y al volverse, allí estaba ella, apoyada en el umbral de la puerta, sonriente, como siempre. Le maravillaba que aunque llevara enferma meses siguiera manteniendo la sonrisa. Tan bonita como la primera vez que la vio. Tan sincera como la primera vez que le habló. -¿Qué es para ti un libro? -Es… Un conjunto de muchas hojas de papel encuadernadas. -¿Sólo eso? Pensaba que con tantos libros como tenemos en la biblioteca serías un poco más explícito en la respuesta. -Señorita, soy un hombre, y como tal, sabes que no puedo hacer dos cosas a la vez. -¡Si ya has acabado de exprimir las naranjas! -Sí, pero me falta darte el beso de la tarde. Y sin darle opción, se acercó a ella. -Estoy pensando en escribir una historia para niños, continuó ella. Un libro para mi es más que un montón de hojas unidas. -Entonces ¿por qué me preguntas? -Quería saber tu respuesta. -Un libro es una vida. Como en La historia interminable, te metes dentro de un cuento, participas de emociones y sentimientos que, en la vida real, puedes tener dormidos. Avanzas, luchas, sueñas, te apasionas… -…Vives un eterno carnaval –siguió ella-, hallas respuestas para infinidad de preguntas, aprendes colores que no pensabas que existían, países que maravillan... -...¿No te gustaría tener una librería y poder ayudar a tanta gente a encontrar el libro perfecto?
Volvió a sonreír. Siempre que hablaba con él, era como si se metiera en sus pensamientos, y supiera en cada instante el porqué de sus preguntas o el cómo de las respuestas. Entendía y comprendía que la gente lo llamara El Loco, aunque ella sabía que era por otro motivo menos infame que el cartel que le habían puesto.
-Si alguna vez tengo una librería, la dedicaría a los pequeños de la casa. Ellos son los que sueñan sin límites y viven con pasión, no hay nada que pueda con ellos, y es de ellos de quienes tenemos que volver a aprender a vivir. Los libros infantiles podemos leerlos a todas las edades, pero con su inocencia se entienden mejor. Libros de papel es un bonito nombre, señala la esencia de un libro, el comienzo de todo, y la continuación en sus letras... Y como librera, sería un hada para los padres, una princesa de cuento para las niñas y un pirata gracioso para los niños, pero también sería un animal patoso o un color verde manzana. Sería una cuentista y una teatrera. Contaría cuentos, y montaría marionetas. Hablaría el lenguaje de los niños, y ellos comprenderían todo lo que leo, pero también los escucharía y montaríamos historias con sables de madera, globos de colores y un elefante de colores.
Hace unos días hice un pedido en Libros de papel. Elena me envió el pedido junto con un regalito para las Genovevas. Ella es la bondad en persona, cualquier cosa que le preguntes, cualquier duda que te surja, te atiende enseguida. Se apunta a mis locuras, y es una gran amante de Jutta Bauer y Gianni Rodari. Quería escribir un post de agradecimiento por tanta atención, tan buena, tan personalizada; y sólo se me ha ocurrido retomar a dos de mis personajes más queridos de La Ciudad del Viento. Ella es gran amante de los libros y de los niños, como Elena. El Loco es puro amor, como el proyecto de Libros de Papel. Espero que esta historia os haya gustado.