Revista Cultura y Ocio

"Sueño de una noche de teatro", novela de Mónica Gutiérrez Artero

Publicado el 16 agosto 2022 por Juancarlos53

"Media docena de ojerosos organizadores del Festival Fringe de Edimburgo discutían acaloradamente sobre la conveniencia de estrenar Macbeth a las seis de la tarde o a las siete y media, dependiendo de la hora de inicio del concierto que U2 iba a ofrecer en el castillo."

Sueño de una noche de teatro es un libro alegre y desenfadado en la más pura línea ' Serendipia', o sea, Mónica Gutiérrez Artero, mujer a la que tengo un aprecio literario bárbaro y de la que disfruto mucho sus novelas. Con ésta me he divertido un montón. Mónica sabe unir en una misma historia humor, amor, literatura, disfrute de la vida, alegría..., en definitiva feelgood en estado puro.


Recomiendo esta lectura a todos aquellos que gusten del teatro, conozcan y amen un poquito a Shakespeare -no hace falta ser experto en el bardo inglés- , y quieran darse un amable paseo por Barcelona y por Edimburgo de la mano de esta autora que ama los libros, le gusta escribir novelas habitadas por libros y que hablan de libros y en esta ocasión también, claro, de teatro con T mayúscula. Al centrarse la novela en la representación de una tragedia shakespeariana -Macbeth concretamente- el Cine tiene asimismo su cuota en esta amable y muy entretenida novela que sin ninguna duda me atrevo a recomendar a cualquiera que desee pasar dos tardes divertidas, entretenidas e instructivas.

Max Borges es un director de teatro barcelonés que conduce una pequeña y excéntrica compañía. El día del estreno de Macbeth, la obra de Shakespeare, Max está al borde del colapso. Todo parece que va a salir mal en la función que debería ser su salto a la fama más sublime: las brujas son demasiado bellas, al rey Duncan se le ha roto la corona y su Macbeth huele sospechosamente a whisky escocés.

Sin embargo, como suele recordarle su inteligente asistente de dirección, Elsa Soler, el espectáculo siempre debe continuar. Sorprendentemente, el duende del teatro parece haberles rociado con su suerte y la función es un éxito absoluto, tanto que son invitados a representar la obra en el Festival Fringe de Edimburgo, el más importante del mundo. La divertida compañía pone rumbo a una aventura en una ciudad llena de magia. Será allí donde, al caer el telón, el amor y la amistad se conviertan en los verdaderos protagonistas de esta historia.

Durante su lectura he disfrutado mucho con las alusiones que realiza a obras literarias y a películas. Entre las primeras destacan, evidentemente, las múltiples referencias a la dramaturgia shakespeariana: La comedia Sueño de una noche de verano se lleva la palma, comenzando por el propio titulo de la novela, una mera modificación de la obra de William. Como en la obra de 1595 en la de 'Serendipia' hay amor, casualidades que cabría tildar de mágicas, desencuentros, equívocos... y humor, mucho humor. También, esto es obvio, la tragedia de Macbeth que representa la compañía del personaje Max Borges ocupa el centro de la novela; y junto a ella, Hamlet, la obra que Borges querría haber representado pero no pudo hacer por habérsele anticipado su enemigo profesional de siempre, Dereck B. Plum.

Los personajes de la novela utilizan para referirse a su vida real referentes shakespearianos, lo que añade notas de humor a ésta, ya de por sí, divertidísima novela. Así la mujer de Max se fugó con el actor que hacía de Oberón, el rey de las hadas en Sueño de una noche de verano. ("Me he quedado sin Oberón. Se ha fugado con mi mujer"); de igual manera al hacer una reflexión sobre el Afganistan que en el momento en que se desarrolla la acción está libre de la dictadura talibán leemos que "la primera obra teatral que volvió a representarse en Afganistán después de los talibanes, que mostró triunfante por vez primera a mujeres y hombres actuando juntos sobre un escenario, fue Trabajos de amor perdidos. Una obra de Will."

Shakespeare, como se ve, es el dueño de esta novela. Pero no sólo el Shakespeare teatral sino también el Shakespeare que, ¡seguro!, a muchos de los lectores de la novela ha llegado a través del Cine. La frase que, imperturbable, en medio del caos y del miedo que precede a un estreno teatral, pronuncia la ayudante de dirección Elsa Soler, "-Todo saldrá bien." en respuesta al lamento, también muy shakespeariano, del director Max Borges, "Soy un juguete de la fortuna", me ha llevado mentalmente a la magnífica película de John Madden del año 1998, " Shakespeare in love", en la que de manera análoga a la de esta novela la compañía teatral de Will está preparando el estreno de una representación en The Globe.

Otros ejemplos de referentes cinematográficos usados en la novela podrían ser los siguientes:

  • "Le sonrió con una calidez que hubiese envidiado el propio Frodo Bolsón en los últimos fotogramas de la película El retorno del rey de Peter Jackson" que dice la narradora refiriéndose al personaje de Anna López (Lady Macduff en la obra de Macbeth) y la atracción que siente ésta por el asesor literario Enzo Pooh.
  • "Su enigmática sonrisa le recordaba al Atticus Finch de Gregory Peck" que según nos refiere la narradora pensaba Elsa Soler del director Max Borges.

Inevitablemente, hay que destacar en la novelística de Mónica Gutiérrez Artero las alusiones metaliterarias, que realiza habitualmente, a su propio quehacer de creadora. También las hay aquí, por supuesto, y como casi siempre vienen envueltas en ese tono humorístico que es una característica primordial en su narrativa:

"Elsa era inteligente, pragmática, curiosa, pelirroja y guapa, pero todo personaje que se precie de aportar protagonismo a la acción debe cometer, como mínimo, un grave error. El error de Elsa era dentista y se llamaba Ramón"

Desde luego el sentido del humor y el buen rollo que desprende la lectura de las novelas de Gutiérrez Artero es de agradecer, mucho más en los aciagos tiempos que corren.

La novelista es barcelonesa y en esta obra muestra de manera patente el amor a su ciudad. Además de proporcionarme un rato agradable leyendo esta historia de amores, encuentros y desencuentros de los personajes de ficción, el marco barcelonés en que se desarrolla la primera parte de la historia me ha permitido conocer aspectos de la capital catalana que ignoraba completamente. Así la existencia en Barcelona del teatro Goya donde la compañía estaba representando Las mujeres sabias de Moliére antes del proyecto de Macbeth en que se centra la obra o esa biblioteca Arús cuya existencia yo desconocía y que debe de ser realmente hermosa:

"una de las dependencias históricas más encantadoras de Barcelona. La Biblioteca Arús había sido fundada en 1895 por Rossend Arús, un activista republicano, filántropo y masónico"

Una novela para disfrutar del acto de leer. Una novela que esconde en su interior más de lo que aparenta. Una novela en la que la autora, que ya va por su octava novela, muestra el universo ficticio que desde hace diez viene creando; así hay referencias a alguna obra suya, especialmente a la que le ha dado más fama y que desde aquí recomiendo a todos su lectura: La librería del Sr. Livingstone. En un momento de la obra, Max Borges, que desde siempre odia los musicales, entra en Edimburgo en una librería buscando un regalo para Elsa; el diálogo que mantienen Max y la librera es ciertamente muy divertido y autorreferencial:

"-Esto le encantará. Son los libretos originales de El Mi­kado, de Gilbert y Sullivan.
Horrorizado, el señor Borges dio un paso atrás para poner distancia entre cualquier pieza teatral musical y su persona.
[...]

su librería no se parece en nada a Moonlight Books. Y usted tampoco me recuerda a Edward Livingstone."

Es una novela que encarna el género feelgood de principio a fin. Una novela, como ya he dicho, muy divertida, muy entretenida y muy adecuada para estas interminables tardes agosteñas llenas de calor y sopor..


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