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Sueño Infantil: ¿Es Normal Que Mi Hijo Se Despierte Tanto?

Publicado el 13 octubre 2021 por Mamatienemuchosueno

¿Como puedo conseguir que mi bebé duerma toda la noche?” Esta es la consulta que acabo de leer en un grupo de crianza de Facebook. No es la única; últimamente me encuentro un sinfín de consultas del estilo, contestadas por cientos de personas ingeniosas que, aunque con buena fe (no lo dudo), ofrecen consejos, tips e incluso remedios para poder disfrutar de una noche del tirón, cuando en verdad, el tema es mucho más complejo que llevar a cabo determinadas acciones.

Este tipo de consultas me hacen recordar aquellas noches interminables con los despertares de Bicho, pasillo arriba pasillo abajo, meciéndolo al ritmo de un ea ea ea que parecía no tener final, pero que, finalmente, lo tuvo. Nosotros ya pasamos esa etapa dura y eterna, pero provechosa al fin y al cabo, porque me permitió interesarme mucho por el tema, leer mucho y aprender todo lo que necesitaba saber sobre el sueño infantil. Aprendí, entre otras cosas, que los padres y madres perdemos 700 horas de sueño desde que nace nuestro primer bebé (¡increíble pero cierto!). De ello y más os quiero hablar hoy, por si a alguien le pueden calmar en momentos tan complicados como estos.

Cuando nos decidimos a buscar nuestro primer hijo/a, lo hacemos llenos de buenos propósitos. Y, aunque sabemos un poco sobre las dificultades que supone tener a un bebé, siempre pensamos que la cosa no será tan grave y que, más o menos, lo sobrellevaremos bien. La realidad es otra; lo sobrellevamos, claro que si (porque no hay más remedio…) pero eso de sobrellevarlo bien lo vamos a dejar a un lado. Porque sí; porque un bebé puede despertarse hasta cada hora durante la noche, e incluso, en casos extremos, pasarse noches enteras sin dormir. Y, porque esto no dura una noche, una semana ni siquiera un mes; esto dura años. Además de ello, debemos tener en cuenta que, por razones biológicas, las madres no llegan a dormir profundamente cuando duermen, ya que sus cerebros se encuentran constantemente alerta ante cualquier peligro del bebé. Si unimos todo ello, el resultado es catastrófico: ojeras pronunciadas, cansancio extremo, problemas cognitivos y de rendimiento (en nuestro trabajo, en casa, de memoria…), además del peligro que supone realizar actividades en las que necesitamos tener un nivel de alerta óptimo (como conducir). Y, en base a todo ello, es normal buscar fórmulas para poder dormir más. Yo, en su día, también las busqué.

Lo malo es que el sueño no se puede entrenar, porque no se obtiene ningún efecto positivo. Lo único que necesita es paciencia, tiempo y regulación. Nada más.

El sueño infantil: Muy diferente al sueño adulto

El sueño infantil es muy diferente al sueño adulto. Como ocurre en la mayoría de las fases del desarrollo de los más pequeños, se trata de un proceso neurológico que va madurando con el paso del tiempo.

Se ha demostrado que, en las últimas semanas de embarazo, el bebé ya pasa largos periodos durmiendo. Cuando nace, le ocurre lo mismo. No obstante, a muchas personas les llama la atención que duerma tantas horas, pero no lo haga del tirón, ni por el día, ni por la noche. Y entonces, puede parecer acertado pensar que nuestro hijo no duerme bien, que posee algún trastorno de sueño e incluso que debamos enseñarle a dormir más horas seguidas.

Pero no; nada de ello es cierto.

Para entender cómo funciona el sueño de un bebé, debemos tener en cuenta que el sueño es madurativo. Un bebé no duerme de la misma forma que una persona adulta, porque todavía no ha alcanzado la madurez para regular su sueño. Esto no significa que duerma mejor o peor: simplemente, los bebés y niños duermen diferente a nosotros. De igual manera que comen diferente y se comportan diferente.

¿Por qué el recién nacido duerme tantas horas por el día y por la noche?

Dormir es necesario para conseguir un buen desarrollo, de la misma manera que lo es alimentarse. Durante las primeras semanas de vida, el bebé necesita dormir muchas horas. Y lo hace por el día, y por la noche.

Durante esta primera etapa, su ciclo circadiano todavía no se ha regulado, y el bebé no sabe cuando es de día y cuando es de noche. Por eso duerme todo el día. A medida que vaya regulando su ciclo, irá encontrándose más despierto durante las horas de luz.

Sueño Infantil: ¿Es Normal Que Mi Hijo Se Despierte Tanto?

¿Por qué se despierta cada poco tiempo?

Los recién nacidos poseen muchos despertares porque sus ciclos de sueño son diferentes a los ciclos de los adultos.

El ciclo de sueño de un adulto consta de diferentes fases generales: Sueño ligero, sueño profundo, sueño REM.  Los bebés y niñ@s no poseen sueño ligero; pasan del estado de vigilia al sueño profundo en muy poco tiempo.

Tanto el adulto como el bebé/niñ@ poseen microdespertares frecuentes. Se trata de pequeños intervalos de tiempo en los que nos despertamos ligeramente, que se dan cuando termina un ciclo y empieza el siguiente. En el caso de los adultos, muchas veces no somos conscientes de ellos porque hemos aprendido a dormirnos solos y, cuando los tenemos, generalmente nos movemos y nos volvemos a dormir. En el caso de los bebés y/o niñ@s, estos microdespertares suelen terminar en despertares conscientes, porque aún no han aprendido a regularse con autonomía, y esto hace que busquen ayuda para volver a dormirse. Cada noche podemos tener unos 10 microdespertares. Eso, en la etapa del bebé, puede traducirse en unos 10 despertares en una sola noche.

¿Cómo evoluciona el sueño durante los primeros meses de vida?

El sueño de un bebé evoluciona durante toda su vida. No obstante, durante los primeros meses de vida su evolución es más notoria, y nos permite darnos cuenta de los cambios que se van produciendo. De esta manera, el proceso madurativo del sueño puede tener este ritmo:

Recién nacido El bebé duerme a todas horas; necesita dormir para desarrollarse. Su ciclo todavía no se ha regulado, no sabe cuándo es de día y cuándo es de noche, así que duerme independientemente del momento del día.

Bebé 3-4 mesesEmpieza a regular su ciclo, por lo que empieza a estar más despierto en horas de luz y concentra la mayoría de horas de sueño durante la noche.
Las tomas se van espaciando y esto les permite dormir de seguido un ratito más. No obstante, seguirá despertándose porque su ciclo de sueño todavía no contiene sueño ligero y sus microdespertares serán, en mayor medida, conscientes.

Bebé 6 mesesSigue madurando su sueño, y esto mejora su manera de dormir; ya suele ser capaz de dormir más tiempo del tirón y sus microdespertares empiezan a ser no conscientes, aunque todavía existen microdespertares conscientes en los que el bebé reclama atención.

Niñ@
2 añosA esta edad pueden conseguir dormir del tirón, aunque esto no es una ciencia exacta. Depende del nivel de desarrollo (esos peques con desarrollo más blando o débil lo conseguirán un poco después), si existe algún trastorno, así como la rutina y la higiene de sueño que se haya instaurado durante todo este tiempo.

Niñ@
5 añosEl sueño de un niñ@ de 5 años se asemeja al sueño de una persona adulta. Es entonces cuando decimos que su patrón de sueño se ha desarrollado hasta normalizarse.

Esta tabla refleja el proceso madurativo general de un bebé. Esto no quiere decir que todos los bebés sean capaces de conseguir este desarrollo en el mismo tiempo. En función del nivel de desarrollo, su estado personal y la rutina del sueño llevada a cabo, los patrones pueden sufrir diferencias.

También debemos tener en cuenta que existen momentos en los que el patrón de sueño puede sufrir cambios: el inicio del centro infantil, del cole, la llegada de un hermanito… es por ello que el sueño de una persona puede variar durante toda su vida.

Claro, también hay bebés y niñ@s que duermen bien desde el nacimiento, aunque son los menos. A esas familias, solo puedo darles mi más sincera enhorabuena por no tener que pasar por el trance que supone tener un recién nacido que duerme lo normal.

¿Qué podemos hacer para que nuestro bebé-niñ@ duerma mejor?

Esta es la pregunta del millón, y quizás una de las más frecuentes cuando se aborda el tema del sueño en la consulta del pediatra.

Y, a pesar de que la sociedad la responde de muchas maneras (quítale la teta, déjalo llorar, haz colecho…) ninguna de ellas es capaz de mejorar, por si sola, el tiempo de sueño del niñ@ (por no hablar de su dudosa evidencia científica). Porque, al igual que ocurre con el control de esfínteres, el sueño infantil no se entrena; depende de la maduración neuronal del bebé. Lo único que necesitamos es dejar pasar el tiempo y tener la paciencia suficiente para pasar esta temporada lo mejor que podamos.

La rutina, nuestra mejor aliada

No obstante, es cierto que, con la rutina, podemos facilitar el camino al sueño y crear pautas adecuadas de comportamiento que nos faciliten el proceso de dormir al bebé, y nos permitan dormir un poco más nosotros también.

Entendemos como rutina del sueño ese ritual de pautas que llevamos a cabo con nuestro bebé/hij@ en el momento de acostarlo y durante todo el tiempo que dura el sueño.

Se refiere a qué hacemos antes de acostarlo, cómo y cuando lo dormimos, qué le ofrecemos cuando el bebé se despierta y cómo lo volvemos a dormir. Estas pautas las elegimos y determinamos nosotros, en función de las necesidades familiares, y pueden marcar, en gran medida, el funcionamiento familiar. Por ejemplo, hay familias que duermen al bebé en brazos, meciéndole y cantándole. Otras, lo duermen a la teta. Otras, al biberón. Otras, haciendo colecho. O dándole la mano en la cuna. Como veis, hay muchísimas rutinas que podemos llevar a cabo, aunque generalmente solo realizamos una, o como mucho dos de ellas de manera habitual.

Aunque el sueño del bebé es madurativo, mientras esperamos a que madure, el bebé aprende. Aprende a dormirse de la manera en la que siempre se duerme. Por ello, el bebé que se duerme a la teta querrá teta cuando se despierte, y solo así se volverá a dormir, independientemente de si tiene hambre o no. El bebé que siempre se duerme en brazos requerirá brazos para volver a dormirse tras un despertar, independientemente de que se sienta solo o no. Estas prácticas no son malas, pero necesitan de la intervención completa de un adulto, lo que limita también nuestro sueño y aumenta nuestro cansancio.

¿Quiero decir, con esto, que darle teta antes de dormir es malacostumbrarlo? ¿Que no debemos hacer colecho? ROTUNDAMENTE, NO. Evidentemente, la teta le relaja, y esto favorece mucho al inicio del sueño. Me refiero a que cada familia es libre de elegir cómo quiere dormir a su bebé, pero debe tener claro que deberá seguir con esa rutina, aún cuando no le venga bien porque el cansancio haga mella. Las rutinas de sueño no se pueden cambiar de la noche a la mañana, porque son rutinas. Por ejemplo, un bebé que solo se duerme a la teta no dejará de despertarse aunque ya se le haya retirado la teta, porque a veces no se despertará por hambre, sino debido a los microdespertares normales que todos tenemos durante la noche. Y entonces, querrá teta para volver a dormirse. Salga leche o no. A eso me refiero.

Sueño Infantil: ¿Es Normal Que Mi Hijo Se Despierte Tanto?

Bueno, y volviendo a la pregunta inicial: ¿Qué podemos hacer para que nuestro bebé-niño/a duerma mejor? Teniendo claro que no existe fórmula mágica, podemos establecer una rutina lo más favorable posible. Unas ideas son:

  • Evitar activar en exceso al bebé/niñ@ durante la hora anterior a acostarse. Mejor dejar las carreras y las cosquillas para otro momento. Los ejercicios que implican relajación serán nuestros mejores aliados. Darle una ducha puede funcionar; hacer un pequeño masaje también. Los cuentos siempre son un magnífico recurso para todo, también para dormir (hace unas semanas os compartía los libros que solemos contar antes de dormir).
  • Instaurar una rutina de sueño adecuada, que permita descansar a toda la familia. Hay familias que duermen mejor haciendo colecho; adelante. Otras familias necesitan su espacio y se encuentran más cómodas poniendo al bebé en la cuna; también es una buena opción. Debemos ser conscientes de que la manera en la que empecemos a dormirlo será la manera en la que él querrá volver a dormirse cada vez que posea microdespertar consciente.
  • Aunque sus despertares no estén propiciados por hambre, en algunas ocasiones si que pueden deberse a ello. Ofrécele alimento de vez en cuando, pero si posee un peso adecuado, no lo despiertes para comer.
  • Por favor, no lo dejes llorar. A nadie nos gusta que le ignoren cuando está en dificultades; a un bebé indefenso tampoco. Aunque el método Estivil tuvo su popularidad durante un tiempo, posteriormente se ha demostrado que el bebé al que le dejan llorando se termina durmiendo porque su cerebro se desactiva. Yo no querría eso para mi hijo.

Como ves, no existe una fórmula mágica para evitar los despertares; existen maneras de hacerles frente. Los despertares se solucionan con el tiempo y la maduración. Nada más.

Termino este post con un pequeño párrafo del libro Dormir sin lágrimas, de Rosa Jové, uno de los libros de maternidad que considero imprescindibles y que me sirvió de gran ayuda para entender que el único remedio para mejorar el sueño de mi hijo era ofrecerle tiempo, paciencia y afecto:

“El sueño es un proceso evolutivo. Todo niño sano, aunque actualmente presente despertares frecuentes o algún problema a la hora de acostarse, va a dormir correctamente algún día”

Y tú, ¿Qué opinas al respecto? ¿Cómo duerme tu hij@? Cuéntame tu experiencia en comentarios. ¡Estoy deseando conocerla!

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