Revista Infancia

Sueños frustrados

Por Comentaristadigital @jgomezgarzon
Ficción
- ¡Mamá, mamá! en el colegio me han llamado cara acartonada... -dijo la pequeña Kate de 9 años.
- No les hagas caso hija, eres muy guapa y el domingo vas a ganar ese concurso de belleza.
- Por cierto, me he visto una arruguita aqui cerca del ojo, ponme botox.
- Claro que sí! espera.
Días después Kate ganó ese tan ansiado concurso de belleza infantil tan esperado por su madre, un título que la convertía en Miss Oxford en la categoría infantil. Este concurso era el sueño de Susan, desde que supo que iba a tener una hija, y desde que nació, ha cuidado de su hija hasta el extremo de imponerle una restrictiva dieta desde los 3 años, y a los siete empezó a administrarle botox para evitar que a Kate le salieran arrugas.
¿Qué objetivo tenía Susan? La respuesta es sencilla, que la pequeña Kate triunfara en el mundo artístico, como modelo, actriz o presentadora, esa era su obsesión pero no calculó los efectos que suponía inyectar durante años esta toxina botulínica a alguien tan frágil como una niña.
Años después, cuando Kate cumplió 18 años, un nuevo concurso de belleza le estaba esperando, esta vez luchaba por conseguir el título de Miss Reino Unido, pero no llegó a competir, una parálisis facial, provocada por una sobredosis de botox truncó el sueño obsesivo de Susan, Kate, ya no ganaría más concursos de belleza, ni llegaría a Hollywood.


La historia que acabo de escribir, puede parecer una locura y que en la vida real a una madre nunca se le ocurriría inyectar a su hija botox con siete años, porque a una niña no le hace falta este tipo de tratamientos estéticos.
Pero desgraciadamente la realidad supera a la ficción y esta historia la he escrito basándome en una noticia que salido publicada en medios internacionales. En la que se relataba que una madre somete a su hija de tan sólo ocho años a tratamientos de botox cada tres o cuatro meses porque quiere que su hija gane un concurso de belleza y se convierta en una estrella. Según esta madre, este tratamiento pretende evitar que en un futuro a la niña le salgan arrugas y tenga un rostro joven durante toda su vida.
Lo más preocupante de todo esto, es que la niña, afirma que todas las noches examina su rostro para comprobar si tiene nuevas arrugas y si fuera necesario pedirle más inyecciones de botox a su esplendorosa (irónicamente) madre.
This song - Lucky Twice

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